Desde el aplauso inicial que pocos le dan a los visitantes al salir al campo de juego, hasta el del final que nunca reciben esos mismos equipos y mucho menos si ganaron. En todo ese período, el público de San Martín de San Juan trató bien a los jugadores de Atlético que no contaron con el apoyo de sus hinchas (solo se admitía público local).
No es que los sanjuaninos no hayan apoyado a su propio equipo. El trato hasta promediado el segundo tiempo hacia el “Decano” fue indiferente lo que ya es mucho pedir para nuestro fútbol. Sin embargo, cuando Luis Rodríguez fue reemplazado, comenzaron los gestos de la hinchada verdinegra.
Primero los plateístas aplaudieron al símbolo del “Decano” a su salida. Luego, una niña con capacidades diferentes le gritó desde el alambrado y el goleador retribuyó con un apretón de manos, acercándose hasta donde estaba ella.
“No recuerdo su nombre pero nos quería saludar”, le contó a LG Deportiva. La situación se repitió con Cristian Lucchetti y Rodrigo Aliendro, desde distintos puntos bajos del estadio.
Desde los alambrados llegaban los gritos y los jugadores iban a recompensarlos con un saludo o hasta con un regalo. Este último caso fue el de Aliendro que le obsequió una de las pecheras de práctica a uno de los fanáticos.
Quizás sea su campaña internacional siendo un equipo del interior. Más allá de la razón, lo cierto es que lejos de casa, Atlético también es querido.