ACTÚA HOY

• A las 22 en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).

Bailan, cantan, actúan, se ríen y reflexionan. “El show de la menopausia” produce un efectivo distanciamiento teatral que permite que actrices y público compartan historias de un momento más en la vida de cinco mujeres, que afrontan de distinta manera el final de la fertilidad.

En el escenario está la hipocondríaca, que padece los síntomas de la menopausia de un modo exagerado; la que está próxima a ese estado, y que se entusiasma con que sus hijos dejen de convivir con ella para recuperar su libertad y la intimidad con su marido; la que nunca quiso tener descendencia; la que está enojada con esa situación, y la que la pasó hace ya tiempo y reconstruyó su vida desde otro lugar.

El elenco está integrado por primeras figuras, con un director de lujo: María del Carmen Valenzuela, Marta González, Claribel Medina, Ernestina Pais y Divina Gloria son conducidas por Manuel González Gil en esta propuesta de Florencia Alcorta y Verónica Lorca (de “Confesiones de mujeres de 30”) que con diversión le quitan dramatismo al tema en cuestión. En su montaje desestructurado mucho tiene que ver que sea puesta como una parodia musical que recorre éxitos e hitos de la canción de todos los tiempos, en una suerte de disparate escénico controlado.

La obra está de gira por toda la Argentina desde hace casi dos años, con una resonada repercusión de público, que se identifica con las distintas experiencias que se cuentan. “Es una obra que hace reír desde que empieza hasta que termina en cualquier lado donde la presentamos. El público que nos fue a ver puede ser más o menos tímido, más o menos efusivo, pero lo común es que terminan de pie aplaudiendo, porque es un momento catárquico que compartimos”, señala Pais.

La actriz aclara que no está reservada para la mujer, sino que “viene la familia entera a vernos, porque el paso de los años y las cosas que nos ocurren alcanza a todo nuestro círculo cercano; no le es ajeno a los hijos ni al marido lo que está viviendo esa persona”. “Cada uno se ve identificado con algún momento. Muchas mujeres nos esperan a la salida para decirnos que no se animaban a hablar con sus parejas de lo que estaban pasando y que, al llevarlos al teatro, iban a lograr desestructurar el diálogo. Se ríen de cosas que ni siquiera pudieron hablar, por lo que para algunos fue terapéutico ir a la sala”, dice.

La exigencia musical es especial para el elenco, reconoce: “salvo Claribel y Divina, que son cantantes, el resto hacemos lo que podemos cuando debemos entonar y bailar”. “Lo que guía la obra es la amistad entre estos cinco personajes, que comparten lo que les sucede en un instante de su vida, que las marca para el futuro. La menopausia está actualmente lejos de ser un tema tabú, porque la vida sigue maravillosamente, pero es cierto que se habla poco al igual que la andropausia: el hombre construyó un discurso donde todo nos pasa a nosotras. Ellos son divinos y no sufren el paso del tiempo sino que se vuelven mejores, mientras que nosotras nos volvemos locas, nos agarran sofocones y nos olvidamos las cosas. Esta obra también les habla a ellos, porque el machismo se filtra por todos lados. Decir las cosas nos empodera como mujeres, porque si uno cree que hay cosas de las que no se pueden hablar, ganó el otro. Hablar de lo que nos pasa es fundamental”, afirma, al tiempo que se reconoce como militante feminista.

Pais reivindica que la vida recomienza a los 50: “una ya puede estar más tranquila, relajada, sin que te interesen determinados temas”. Y agrega: “mi personaje dice: ‘ya no soy ese festival de hormonas que no me dejaba pensar’. La idea es que cada etapa de la vida tiene sus virtudes, y que hay que pensarla como un montón de momentos para disfrutar. Es como la primera menstruación o el embarazo. Estoy muy feliz de haber nacido mujer”, concluye.