No era solo un pedazo de revoque el que había caído el sábado en el atrio del templo San Francisco. También fue un escombro que impactó estruendosamente sobre el retablo de madera del altar mayor, a poco de empezar la misa. Por eso es que ayer las direcciones de Catastro y de Defensa Civil de la Municipalidad decidieron clausurar el templo, incluida la entrada por San Martín, que se había dejado abierta el lunes para el paso de los fieles a las misas.

Después de varias explicaciones y de una inspección del antiguo edificio, fray Fernando Lapierre logró convencer a Juan Ledesma y a Jorge Sepúlveda, funcionarios de Catastro y Defensa Civil, respectivamente, que dejen abierto un paso por 25 de Mayo para oficiar misa en la capilla del Santísimo. “Esta zona es más nueva, de mitad del siglo pasado, y no corre ningún peligro”, dice fray Fernando. Allí se seguirán oficiando las misas diarias de las 8, 19 y 20; y las dominicales de las 8, 10, 12 y 20.

Al cierre de esta edición se cumplía una medida de vallado de la esquina de 25 de Mayo y San Martín, que dejará apenas una entrada - por secretaría - para ingreso de fieles y de los cinco frailes que siguen viviendo en el antiguo convento.

¿Qué pasará ahora? Nadie lo sabe. “Por el momento, nosotros no podemos hacer nada mientras no intervenga la Nación, porque este templo es monumento nacional”, avisa el subdirector de Catastro, Pablo Lazarte. La Nación debe intervenir mediante sus organismos que son la Dirección Nacional de Planificación y Diseño de Obra Pública, y la Comisión Nacional de Monumentos Históricos a través de su delegado que es el arquitecto Ricardo Salim.

VOZ DE ALARMA. Desde aquí cayó una porción de revoque el sábado. la gaceta / foto de analia jaramillo

“Lo que yo sé es que al situación edilicia está igual desde hace cuatro años, cuando se terminó la segunda etapa del proyecto de restauración del templo. Todavía no se inició la tercera (que incluye la reparación de pinturas de arte sacro y el frente). Todo se debe gestionar en Buenos Aires. La municipalidad es ajena al tema de las obras, esto lo tiene que ver la Nación y nosotros solamente realizamos una medida preventiva como la que estamos tomando”, aclara Lazarte.

Desde la Nación, el arquitecto Andrés Nicolini, que dirige las obras de recuperación del conjunto arquitectónico franciscano, desde su primera etapa, reconoce que la gestión por la tercera etapa del proyecto quedó en un 30%. “Habíamos comenzado los trabajos de relevamiento y cómputos y quedamos a la espera de instrucciones por parte de la superioridad”, explica. Pero mientras tanto, surgió el problema de las grietas en las columnas del convento y Nicolini hizo un nuevo informe, por gestión aparte, del que también espera respuesta. Con los hechos del fin de semana, Nicolini “refrescó” la memoria de sus autoridades y envió las notas publicadas por LA GACETA.

A su vez, el delegado de Monumentos Nacionales, arquitecto Ricardo Salim, anotició a la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos sobre los últimos acontecimientos. Pero tampoco puede hacer nada en lo inmediato: “La comisión nacional asesora, supervisa, pero no tienen capacidad de ejecución ni presupuesto”, explica. “Soy delegado pero no puedo hacer más que hablar con las partes (la comisión nacional y la provincial). Lo ideal sería que la municipalidad retome su participación en las obras y desde la comisión la vamos a apoyar. También deberían participar los legisladores por Tucumán para conseguir los fondos de la Nación”, propone.

Salim se reunirá mañana con la comisión provincial “para ver si tomamos cartas en el asunto”. “Mi intención es activar la gestión junto con los franciscanos”. Por ello anticipa que propondrá convocar a una reunión integrada por representantes de la Nación, la Provincia y la Municipalidad para acordar medidas en común.

Durante la primera y la segunda etapa de restauración la municipalidad tuvo una activa participación a través del entonces intendente Domingo Amaya. Un equipo de arquitectos y expertos colaboraron con Nicolini en la elaboración de los informes y estudio de costos. También se encargó de vehicular los fondos que llegaron a través de la Nación.

Antes de la caída del sol, fray Fernando se reunía con Mercedes Aguirre de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural para ver cómo rescatar el templo sin quedar atrapado en los expedientes atemporales de la Nación.

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Profundas grietas en las columnas
Siete columnas que sostienen el primer piso del convento San Francisco están agrietadas. En algunos casos las grietas son muy profundas. Según el arquitecto Andrés Nicolini, de la ex Dirección Nacional de Arquitectura, no resistirían a un sismo. Estas grietas esperan ser diagnosticadas técnicamente para poder ser reparadas. El pedido de fondos para el estudio está hecho a la Nación.



Bellas pinturas van desapareciendo
La humedad hizo estragos en las paredes del templo. Ya desde 1985 LA GACETA venía denunciando la pérdida de las pinturas realizadas por el artista italiano Aristene Pappi (que son de 1925). Las grietas empezaron a verse en la zona del altar mayor, en la cúpula y en la sacristía, con más insistencia que en el resto del edificio. Todas las paredes interiores están descascaradas.



La sacristía está partida en dos
Desde hace un año la sacristía está clausurada, inutilizada por el riesgo que representa. Durante años los frailes se acostumbraron a ver sobre la mesa de la habitación pedacitos de revoque que caían en forma permanente. La cúpula adornada con una famosa pintura del abrazo entre San Francisco y Santo Domingo está partida en dos. La grieta recorre a lo largo la altísima pared y se va abriendo con el paso de los años.



Medias sombras tapan los techos
Desde 2009 las medias sombras impiden a los fieles ver la hermosa cúpula y los techos de la nave central. Los trabajos no sólo no han terminado, sino que el deterioro continúa a simple vista, si uno levanta la mirada observará la cantidad de polvillo y pequeñas partículas del techo atrapadas por las redes de contención. La bella cúpula está tapada con maderas y sólo se la puede apreciar desde el exterior.