BUENOS AIRES.- Quizás el fin de una de las rachas más largas y particulares de la historia de nuestro fútbol (Boca dejó de ser puntero tras 616 días) sea bueno para el equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto, quien ayer no habló en conferencia por acusar afonía.
No es bueno que el equipo que mejor y más caro se reforzó (su presupuesto es el más alto del fútbol argentino) juegue un pésimo partido como sucedió ayer ante Estudiantes, que lo derrotó, por 2-0.
Pero quizás sea bueno aprovechar esta caída para resignificarla como un llamado de alerta: Boca no llegará al tricampeonato simplemente por la inercia que trae de las últimas dos temporadas.
“Jugamos a lo que quería Estudiantes. Así va a ser muy difícil ganar una copa”, avisó tras el partido Leonardo Jara. Tal vez darse cuenta de lo que dice el lateral lo más pronto posible sea lo mejor para el bicampeón en estos momentos. Asumir la derrota y saber que tendrá que revalidar ese poder con el que llega, con sus nuevas armas. A una de ellas la perdió no bien comenzó el partido. Carlos Izquierdoz se lesionó antes de los 10 minutos. El central fue pedido por Guillermo y más allá de la lesión aún no se adaptó a su nuevo equipo. No solo por él sino porque no parece estar claro quien será su compañero: ayer fue Lisandro Magallán pero Paolo Goltz también aspira a ser titular.
También puede servirle para saber qué hacer con sus “viejas” armas. Carlos Tevez estuvo en el banco y no vio siquiera un minuto de acción. Justo cuando el equipo no tenía poder ofensivo. Avisos que costaron una derrota y cortaron una racha que ya es del pasado pero que puede ayudar a futuro.