Valorar el punto que sumó Atlético anoche es lo más difícil que tuvo que hacer el hincha desde que terminó el partido hasta que se fue a dormir. Quizás todavía le siga costando hacerlo. En realidad nos cuesta a todos después de la montaña rusa de emociones, escenarios y situaciones que se vivieron en el Monumental, luego de empatar con Racing, 2 a 2.

¿Sirve? ¿Es inútil? ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Es para festejarlo? ¿Es para lamentarlo? Da la sensación que las respuestas a todas esas preguntas son afirmativas. Es contradictorio pero así fue todo en el Monumental.

Racing comenzó el partido utilizando el campo como si fuera una peatonal tucumana: paseándose tranquilamente con la pelota de un lado a otro. El equipo de Ricardo Zielinski estaba lento, como si jugara a otra marcha que el de Eduardo Coudet.

El cansancio del partido contra Atlético Nacional en la Copa Libertadores el jueves hacía su aparición pero con las siguientes salvedades. Racing también jugó el jueves por la Copa. Sin embargo, Atlético acarreaba dos partidos más en Copa Argentina, donde la “Academia” quedó eliminado el semestre pasado. Esa lentitud -quizás producto de ese cansancio- más la rapidez de Eugenio Mena, Augusto Solari, Walter Bou y Lisando López, se explicó perfectamente en el 1-0 donde la defensa “decana” le dio las chances suficientes para que el visitante anotara. También en el 2-0 cuando Solari entró por el medio de la última línea, como Augusto por su casa y asistió a Bou con todo el tiempo que necesitó.

Qué opinaron los hinchas de Atlético sobre el empate ante Racing

Con este panorama, y el entretiempo ya entre nosotros, si aseguraban que Atlético empataría el partido, hubiese sido valorar el punto: muy positivo.

Pudo ser el del triunfo: mirá el inexplicable gol que falló "Leo" Díaz en Atlético

En la segunda etapa, Atlético volvió a su velocidad habitual y reaccionó. Ese verbo define por completo su labor en el complemento: reaccionar. Acusar el golpe y -sin jugar su mejor fútbol- ir a buscar los goles.

Así encontró el descuento de Guillermo Acosta. Incluso lo empató, faltando tres minutos para el final. Podría decirse que agónicamente. Todo gracias a un misil de David Barbona que explotó en el arco de Gabriel Arias.

Durísimo golpe: un jugador de Racing cayó de cabeza al banco de suplentes

¿Entonces? Perdía 2-0 al descanso pero terminó empatando sobre la hora. Parece un maravilloso punto pero no es tan así. Porque para quedarse en la Superliga necesitará que los puntos lleguen de a tres. Para colmo, a los 94, Leandro Díaz erró un gol bajo el arco tras una asistencia de Luis Rodríguez que lo dejó solo. Justo él que venía en racha.

Ahora sí. Ahora sí se nos facilita el camino para valorar el punto: falló un gol abajo del arco a los 94. Es un mal punto. Los dos que perdió pesan más que el que sumó. ¿Verdad? No. Tampoco podemos arribar a esa conclusión. La bronca de los jugadores de Racing una vez terminado el partido nos devuelve a esa sensación de incertidumbre. Sobre todo si pensamos que el equipo no jugó bien y enfrentaba a un equipo grande.

Entonces, ni muy bueno, ni muy malo. Atlético ayer simplemente sumó un punto.

LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI
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