Lo dijo Darío Forestello ni bien arribó a Tucumán para asumir como entrenador de San Martín y lo puso en práctica rápidamente. “Tenemos que hacernos fuertes en casa. Eso puede darnos el empujón que necesitamos”, fueron las palabras que utilizó “Yagui” en sus inicios como entrenador “santo”.
El equipo entendió el mensaje y La Ciudadela se transformó en un fuerte inexpugnable. El resto es historia conocida. El “Santo” aceleró a fondo en la B Nacional y se llevó por delante, uno a uno, a cada oponente durante el Reducido hasta quedarse con el segundo boleto que llevaba a la Superliga.
Pasó el tiempo y el inicio de una nueva temporada aparece en el horizonte cercano. Tras la postergación de la primera jornada, debido al viaje de Independiente a Japón, San Martín debutará el lunes, de local, ante Unión. Y en ese juego deberá comenzar a poner en práctica la receta de Forestello.
Si hacerse fuerte de local fue clave para lograr el cuarto ascenso a la máxima categoría, puede resultar mucho más importante para sostener al equipo en la elite del fútbol criollo.
Hasta aquí, durante los primeros ascensos, San Martín nunca pudo sostenerse en Primera. Los números son contundentes y no dejan mentir: La Ciudadela nunca fue una fortaleza. Por el contrario, en aquellos pasos efímeros, el “Santo” dejó escapar muchos puntos en casa y, en todos esos casos, hubiera eludido al descenso con apenas unas unidades más de las que había recolectado en cada una de esas ocasiones.
San Martín, listo para dar peleaEn la temporada 1988/89, el equipo arrancó bien, pero se pinchó en la última parte del torneo y terminó perdiendo su lugar en la categoría.
Eso sí, jugando en casa fue demasiado endeble. De los 18 partidos que disputó en Bolívar y Pellegrini, San Martín ganó seis, empató seis y perdió la misma cantidad de juegos. De esa manera, sumó el 33,33% de los puntos que disputó.
En todos lados: la arenga de los juveniles de San Martín antes de enfrentar a BocaEn su segundo paso por Primera División, San Martín repitió al pie de la letra su campaña de local: también jugó 18 partidos, ganó seis, igualó seis y perdió en seis oportunidades. Y otra vez, el desenlace de la historia fue el mismo: descenso a la segunda división.
Ya en 2008, cuando San Martín llegó a Primera de la mano de Carlos Roldán, el equipo mejoró un poco su desempeño. Ganó el 38,88% de los duelos que disputó en Bolívar y Pellegrini, producto de siete triunfos, cuatro empates y siete derrotas. Eso sí, esa mejoría tampoco le alcanzó para sostenerse en Primera.
En todos los casos, San Martín terminó descendiendo por un margen casi mínimo; y en todas esas situaciones, el destino habría sido totalmente diferente si el equipo ganaba uno o dos juegos más. Por eso, la gran misión para esta temporada que está por comenzar es lograr que no se escapen puntos de La Ciudadela.
Buenos números
En la B Nacional, San Martín logró ese objetivo y el ascenso casi que se cimentó en esa estadística. Actualmente, suma 11 juegos sin perder en casa, con seis triunfos y cinco empates. Con Forestello sentado en el banco, esos números se fortalecen aún más. Desde su llegada San Martín, como huésped, disputó nueve encuentros con seis victorias y tres empates.
“Tenemos que hacernos fuertes de local. Eso nos ayudará a salvar la categoría”, lanzó al respecto Alejandro Altuna. En La Ciudadela saben que el secreto para afianzarse en Primera es hacer de La Ciudadela una fortaleza, lisa y llanamente.