El “Clan Reynoso” era considerada una temida organización criminal que operó entre 2010 y 2017, principalmente en las ciudades de Tafí Viejo y de la capital. De acuerdo a la investigación del fiscal Diego López Ávila, engañaban a sus víctimas para apoderarse de propiedades y de vehículos de alta gama, por medio de violentos ataques y de “aprietes”.
Ahora, el fiscal dio por concluida la investigación contra nueve integrantes de esa organización y formuló el requerimiento de elevación a juicio de la causa.
De acuerdo con la investigación, una de las modalidades más frecuentes de la banda era publicar en los medios de comunicación vehículos para la venta. De esa manera, lograban captar a algunas de las potenciales víctimas, a las cuales después estafaban de diferentes formas. Esas maniobras habrían convertido en millonarios a sus miembros, de la noche a la mañana.
Los Reyna, en su peor viaje en colectivoEl jefe de la organización sería Luis Rubén Reynoso (p), de 79 años. “Podemos sostener sin margen de error que él era la persona que ostentaba ese escalón jerárquico más elevado, el que adoptaba las decisiones importantes y le imprime a la banda su orientación delictiva”, consideró López Ávila al fundamentar el pedido de enjuiciamiento.
Bajo sus órdenes actuaban sus hijos Luis Rubén, Carlos Horacio y Gabriel Gustavo Reynoso; además de Juan Carlos Ortíz, Atilio Alejandro Gazzola, María Ester Bonett, José Alfredo Triviño y Adrián Ernesto “Toja” Parajón.
La distribuidora de los Reyna habría facturado unos $ 800.000 mensualesLa Justicia pudo establecer la existencia de 33 víctimas -se cree que pueden ser más-, de los delitos cometidos por los miembros de la organización que fue desarticulada a fines de septiembre de 2017, cuando López Ávila le encomendó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) los allanamientos de nueve propiedades ubicadas en Tafí Viejo.
La trama desconocida del negocio del clan Reyna“Se asociaron con una finalidad delictiva destinada principalmente a obtener beneficios patrimoniales mediante engaños, acciones atemorizantes, intimidaciones y otro tipo de ardid o violencia dirigida a sus víctimas, procurando extraer en forma ilegítima dinero, valores, bienes muebles o inmuebles a sus legítimos dueños”, fundamentó el funcionario judicial. Robo agravado por el uso de armas, amenazas coactivas, estafas, extorsión y asociación ilícita son algunos de los delitos por los que la organización delictiva sería enjuiciada.
Algunos casos
Una de las damnificadas fue María de los Ángeles Guindo, a quien Ortíz -uno de los acusados- le exigió que suscribiera un boleto de compraventa en su favor de una propiedad ubicada en Tafí Viejo por la suma de $ 20.000. La mujer nunca recibió el dinero por la operación.
Un miembro del clan Reyna cumple con su promesa de acabar con la vida de todos los FaríasPrimero, Ortíz se habría ganado la confianza de Guindo, pero después comenzó a infundirle temor advirtiéndole que “los Reynoso eran personas muy peligrosas, de mucho poder, que tenían contactos en la Policía y podían ocasionarle perjuicios impunemente”.
Quién es "El Gordo" Reyna, quien con 17 años está acusado de tres homicidiosOtro de los damnificados fue Robustiano Piza, a quien en 2010 Carlos Horacio Reynoso -era inquilino de Piza- comenzó a amenazar de muerte después de dejar de pagarle el alquiler.
Según la víctima, en una oportunidad, Reynoso le dijo que “le pegaría un tiro en la cabeza si se acercaba a la propiedad”. También balearon el frente de la propiedad de Piza.
Algunas de las pruebas fundamentales para demostrar la violencia con la que actuaban los Reynoso fueron los ataques que sufrió en 2015 Graciela Liliana Zain -cuñada de Piza- por reclamarles que le devolvieran la propiedad a su pariente.
En dos oportunidades miembros del clan familiar interceptaron a Zain en plena la calle para amenazala de muerte con armas de fuego. También la golpearon.
Entre los casos imputados a los Reynoso hay un ataque a un policía. En la noche del 20 de enero de 2016, el agente de la fuerza local José Augusto Méndez protagonizó un accidente de tránsito en el que estuvieron involucrados tres miembros del clan familiar, quienes atacaron a golpes al uniformado y hasta lo despojaron de su arma reglamentaria.
El abogado Juan Sebastián Bauque también fue víctima de los “aprietes” de esta banda, que lo amenazó de diferentes formas para que rescindieran un contrato por la venta de un auto. Ante la negativa del letrado de anular la operación, comenzaron a amenazarlo telefónicamente y luego se presentaron en su vivienda y le destrozaron el portón.