La última controversia entre la Nación y la Provincia se produjo por la construcción de jardines de infantes del programa “10.000 Salas”, ex 3.000 Jardines. La porfía se desencadenó cuando miembros del Plan Belgrano aseguraron que habían finalizado 17 establecimientos del nivel inicial en 10 ciudades y localidades de Tucumán, mientras que el ministro de Educación tucumano, Juan Pablo Lichtmajer, había negado esa afirmación. “De 100 jardines con los que la provincia debería contar, hoy no llegamos ni a 10”, había retrucado el ministro.
Dos equipos de LA GACETA ubicaron las construcciones consignadas como “ejecutadas al 100%” en los listados de la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Educación de la Nación. De las 17 obras, este diario corroboró que en 15 restan los detalles finales para la entrega de los nuevos edificios. Los jardines de infantes de La Invernada y Juan Bautista Alberdi, en cambio, no están finalizados y generaron preocupación entre los vecinos (ver “En el sur preocupa la demora...”).
En San Miguel de Tucumán, Benjamín Paz (Trancas), San Andrés, Alderetes, Los Ralos (Cruz Alta) y Benjamín Aráoz (Burruyacu), se emplazan 13 jardines de infantes, todos construidos, con obreros ultimando detalles para que se produzca la entrega formal de los establecimientos a la Provincia. Durante los tres días de recorridos, uno de los arquitectos a cargo de las obras contó a LA GACETA que las obras ya fueron certificadas como ejecutadas en su totalidad, y que como etapa final restaban reparaciones o tareas para emprolijar terminaciones. Los 17 jardines insumieron una inversión de más de $250 millones, con fondos nacionales. Se trata de proyectos de construcción en seco, con la técnica Steel Framing, amueblados, calefaccionados, con cocinas escolares y baños adaptados para niños.
Ansias compartidas
Los vecinos de los barrios estaban a la expectativa de que finalmente se abra la matrícula en los siete jardines nuevos de San Miguel de Tucumán. En la esquina de Juan B. Justo y pasaje Marconi, al norte de la ciudad, Elizabeth Brandán y Antonia Darnay cruzaban por el predio del Complejo Muñoz, donde se construyó un jardín con seis salas nuevas. “Muchos chicos de la zona querían entrar al Jardín de la Escuela Lucas Córdoba, que queda a dos cuadras (Rivadavia 2.500), pero no había cupo. Nos entusiasma que se inaugure porque mi sobrino ya tiene edad para entrar al jardincito y podría venir acá”, contó Brandán, mirando el edificio terminado, emplazado entre la vereda de la avenida y uno de los laterales de la cancha de fútbol del complejo. “Hacen falta escuelas acá, porque mucha gente los mandaba a los chicos a jardines privados pero la situación económica está muy difícil”, dijo Darnay.
En la zona del Hipódromo, en Trejo y Sanabria y Santa Cruz, el edificio nuevo de jardín de la escuela de nivel inicial Benjamín Aráoz se emplaza en el sector del secundario. Un obrero recibió a LA GACETA: faltaba pintar dos sectores, colocar un portón y emprolijar el alambrado del perímetro. Una vez inaugurado, los chicos del barrio podrán tener la trayectoria escolar desde el jardín de 3 hasta los 17 años en las escuelas inicial, primaria y secundaria Benjamín Aráoz.
En zona sur, en Alsina y Ayacucho, el sereno explicó que el jardín nuevo (que ocupaba una plazoleta sin parquizar), estaba listo. Andrea Guevara estaba conforme: “tengo muchas amigas con niños y tienen pocas opciones en la zona, así que el jardín vendrá bien. Podrán planificar mejor su trabajo y la crianza de los chicos, si tiene sala de tres, sobre todo”.
En plena Villa Alem, en Independencia y Alberdi, un puñado de obreros trabajaba en las terminaciones del jardín de infantes, ubicado en un predio descampado, vecino a la secundaria Juan Larrea. “Acá no hay jardines de infantes cerca; esto es muy bueno. A mi hijo el año pasado lo tenía que llevar hasta Jujuy y Magallanes (a 10 cuadras). Muchos esperaban que los terminen antes para poder usarlos, para inscribir a los chicos acá este año. Antes esta esquina era un descampado con basura, así que esperamos que le cambie la cara al barrio. Espero poder traerla aquí a mi hija de dos años”, deseó Carolina Chazarreta, frente a la escuela Larrea.
Hacia el límite sur de la ciudad, en Amador Lucero y Lídoro Quinteros, en la barriada Néstor Kirchner, el jardín de infantes estaba listo para la entrega, explicó a este diario el sereno. Cruzando un pozo de líquidos cloacales y tratando de evitar el barro fecal de la calle -no hay pavimento-, Belén Ruiz se apuraba para no perderse el ómnibus 17. “Hay muchos chicos en esta zona, hacen falta escuelas. Muchas amigas tienen que mandar a sus hijos a escuelas muy lejos”, confió Ruiz mientras calmaba el llanto de su bebé.
En Manantiales Sur, los dos jardines de la barriada están terminados, a la espera de que sean inaugurados. En una parte del barrio el paisaje era desolado: las viviendas construidas por el Instituto de la Vivienda aún no fueron entregadas.
En Benjamín Paz (Trancas), a 50 kilómetros al norte de la capital, el nuevo edificio de jardín de la escuela Yocoliguala está casi terminado. La directora del establecimiento no quiso dar precisiones sobre cuándo sería la inauguración. Los vecinos de la localidad aseguraron que la apertura de más salas es imprescindible. “Este jardín se comenzó a construir hace más de un año. Pagué la inscripción para que mi hijo empiece el jardín de cuatro en la nueva sala, porque no había más lugar en el edificio viejo. No sé si me reconocerán la plata, pero bueno... a esta altura del año creo que si lo abren no lo mandaré al jardín”, afirmó Silvia Brizuela. Elsa Yapura dijo que esperaba que el nuevo jardín comience a funcionar en julio, y que le gustaría que sus nietos puedan comenzar ahí: “acá se pelean para ver si lo hace el Gobierno provincial o (José) Cano, pero si se hace con fondos nacionales es plata de todos”, dijo la señora.
En Benjamín Aráoz (Burruyacu), a 60 kilómetros de San Miguel de Tucumán, el nuevo edificio está listo, sólo falta la inauguración formal para que comience a utilizarse por los niños. Lo mismo pasa con los dos jardines de Alderetes y el de Los Ralos (en Cruz Alta).
Otros siete jardines se encuentran en ejecución en localidades del interior. La promesa de Nación es que estarán finalizados hasta diciembre, para alcanzar 24 establecimientos nuevos. “Ojalá lo abran, porque acá hay jardín de cinco años nada más, no hay salas de cuatro años. Hay una guardería pero es imposible conseguir lugar”, dijo Estefanía Gómez en la escuela Álvarez de Arenales, de Colombres (Cruz Alta). A pesar de que figura al 50% en las planillas del Plan Belgrano, sólo estaba finalizado el contrapiso. “En muchos pueblos no hay jardín de cuatro años”, lamentó Gómez.
Las mujeres pueden reducir la brecha salarial
Los nuevos jardines de infantes y maternales implican un beneficio para las mujeres: las argentinas con hijos ganan un 16% menos que las que no tienen infantes a cargo (que a su vez es menor al salario de un hombre en igual cargo), según un informe de la Organización Internacional del Trabajo.
Cambios: promesa de macri
El año pasado el Gobierno nacional modificó el programa original, llamado 3.000 Jardines, y propuso construir 10.000 aulas o salas. De acuerdo con las previsiones oficiales, es probable que no se llegue a las 10.000 aulas, aunque aún resta un año y medio de gestión. El sitio especializado Chequeado.com consultó la situación al Ministerio de Educación. En 2017 estaba previsto que se construyan 1.400 aulas nuevas de jardín, a las que se suman las 3.043 previstas en el Presupuesto de 2018, por lo que, si se cumplen las previsiones, a fines de este año habría 4.500 aulas construidas.