Detenerse ante la luz roja del semáforo se volvió una misión de alto riesgo para los automovilistas tucumanos. Ayer por la mañana, una mujer fue atacada por “rompevidrios”. El nuevo caso se registró en la esquina de las avenidas Mate de Luna y Colón. Le robaron la cartera y huyeron en motocicleta, hacia el sur.
El nuevo ataque se registró cerca de las 10.30. María Chebaia detuvo su camioneta Renault Capture en Mate de Luna, hacia el este. De pronto escuchó un estallido. Un desconocido que había roto la ventanilla del lado del acompañante se apoderó de su cartera. Luego abordó una moto en la que lo esperaba un cómplice. Escaparon por Colón.
La víctima se detuvo frente a una estación de servicio ubicada a pocos metros y se comunicó con el 911 para darles aviso.
“Era la primera de la fila de vehículos. Me distraje por un instante. Ese fue el momento que aprovechó el asaltante para atacar”, comentó Chebaia.
La víctima de los “rompevidrios” no sufrió heridas durante el ataque. Explicó que el ladrón actuó rápidamente. “No hubo amenazas. Fueron apenas unos segundos. Creo que rompió el vidrio con el codo, porque no observé que llevara algún objeto en las manos”, relató.
Según un testigo, el ladrón habría simulado ser un transeúnte que cruzaba la avenida. La camioneta tenía todos los vidrios polarizados, menos el parabrisas. De ese modo habría visto el botín y decidió actuar. Los asaltantes tenían unos 25 años, de acuerdo a la versión de la misma fuente.
“Actuó rápidamente. No me explico en qué momento lo hizo. Yo no pude moverme porque tenía colocado el cinturón de seguridad”, agregó Chebaia. La denuncia fue radicada en la comisaría 3ª. La mujer contó que en ese momento se dirigía a hacer compras y que en el bolso tenía unos $ 1.000 y documentación personal. “Estoy dando aviso porque tenía tarjetas de crédito”, dijo.
“Es la primera vez que me ocurre algo así. Siempre presto atención en los semáforos porque conocía de otros casos y trataba de seguir las recomendaciones. Fue un mal momento”, concluyó.
Modalidad
Desde el verano pasado, las denuncias de víctimas de esta modalidad delictiva comenzaron a proliferar en la capital tucumana. Los “rompevidrios” aprovechan generalmente los semáforos en rojo para robar pertenencias de los vehículos parados en cada esquina.
Normalmente son dos los jóvenes que se movilizan en moto y observan detenidamente a los automovilistas. Si descubren que llevan algo que esté a su alcance, rompen el vidrio de la ventanilla, y lo extraen. Luego huyen a toda velocidad.
Cuando les dan alcance, mientras todos los vehículos se encuentran detenidos por la luz roja, rompen alguno de los vidrios o, directamente, aprovechan un descuido del conductor. Los celulares, carteras y mochilas suelen ser los botines más preciados.