La primera prueba para el nuevo San Martín no era nada sencilla. En la casa del rival de toda la vida, el equipo debía dejar atrás la parte intensa de la pretemporada. Así y todo, con muchas contras, el equipo sacó un aprobado; llevándose un empate de visitante y con un hombre menos.
El esquema no varió nada con lo que el equipo mostraba en la B Nacional. Bah, nada es un decir; pura y exclusivamente si miramos cómo se paró en cancha. El 4-1-4-1 característico de Darío Forestello fue una fija. Alejandro Altuna fue el eje del medio y cerca se pararon Álvaro Fernández y Matías García para intentar producir dosis de fútbol para los de arriba.
Pero donde sí hubo diferencia con lo que producía el equipo en la pasada temporada es en la velocidad. Porque la mente pensaba una cosa, pero las piernas seguían otro camino. Ese fue el impedimento que tuvo el “Santo” para soltarse y generar algo más de mitad de cancha hacia adelante.
Lo físico fue la piedra en el zapato que tuvo el equipo de “Yagui”. No hubo velocidad, faltó sorpresa y la falta de timming para saber qué hacer ante determinada situación fue casi una moneda corriente.
Pero a pesar de esas contras, de arrancar perdiendo por un error en la cobertura de un centro cuando Rodrigo Moreira estaba afuera por lesión y de haber hecho un desgaste mucho mayor durante el primer tiempo, San Martín mostró cosas interesantes a partir del ingreso de Nicolás Giménez, el volante de pie lírico, buen panorama y rapidez mental para cambiarle la cara al equipo y acercarlo al empate. El ex Talleres de Córdoba, jugando a dos toques, sobresalió a la media del partido. Primero hizo unos regates por derecha y mandó un centro al área que Claudio Bieler no llegó a conectar.
Minutos después forzó el error rival, encaró y mostró lucidez cuando muy pocos la tienen: en los metros finales. Asistió a un “Taca” mejor perfilado, quien hizo desparramar al arquero y a los centrales “decanos” para sentenciar el 1-1.
San Martín mostró pinceladas del “Mago” Giménez, la capacidad goleadora de su capitán y, sobre todo en el segundo tiempo, la seguridad de Lucas Acevedo y Moreira en la última línea.
Pero Forestello deberá ajustar las piezas, sobre todo en el sector derecho de la defensa, donde Atlético siempre encontró vía libre hacia Ignacio Arce.
Además, también deberá trabajar contrarreloj para que el equipo encuentre más ritmo y velocidad para intentar dar el golpe en Copa Argentina contra Patronato, el próximo jueves, en el primer duelo oficial de la temporada.