“Mi hermano es feriante. Se dedica a la venda de CDs. El domingo por la tarde regresó a casa después de trabajar en la feria de El Colmenar. Cuando bajó de su camioneta le quisieron robar la mercadería. Entonces, comenzó a forcejear con el ladrón, que estaba armado, y en ese momento salió el disparo”, explica Miguel Martorell, quien asegura que así fue la secuencia en la que Darío Exequiel Santana, de 31 años, recibió un mortal disparo a la altura del lado del esternón. Juan José Martorell, de 28 años, está acusado por ese homicidio.
El mortal suceso se registró alrededor de las 19 del domingo en la esquina de la avenida Juan B. Justo y Eduardo Wilde, frente al cementerio del Norte, en el barrio “Alto la Pólvora”, en Villa 9 de Julio. Ayer al mediodía, el comerciante se presentó en los Tribunales. Quedó detenido. Fue trasladado hasta la comisaría 5ª.
De acuerdo a las fuentes policiales, el domingo Martorell llegó a bordo de una camioneta Chevrolet S-10 gris. Descendió del vehículo y abrió los dos candados y la puerta con rejas de su negocio de Juan B. Justo al 2.200. Luego ingresó a la propiedad para abrir el portón para guardar su vehículo.
“En ese momento vio al ladrón que trataba de sacarle una caja con mercadería de la camioneta. Lo persiguió y se agarraron en la esquina. El mismo tipo ya lo había asaltado tres veces antes”, contó el hermano del comerciante.
Luego, Martorell se habría dirigido hasta el domicilio familiar, donde relató lo ocurrido. Después, se cambió las zapatillas, descargó una bolsa con limones y se retiró.
Investigan si un cabo de la Policía cometió un femicidio
Una vecina alertó a Verónica del Valle Santana, sobre el crimen. Cuando llegó a la escena, encontró a su hermano tirado boca abajo, en medio de un charco de sangre, rodeado de curiosos y policías.
Según las fuentes policiales, a pesar de que los uniformados le dijeron que no podía acercarse, la joven de 26 años lo cargó en un vehículo particular y lo trasladó hasta el hospital Avellaneda, donde ingresó sin vida.
Mató a su amigo clavándole un destornillador en la cabeza
Cuando los policías de Delitos contra las Personas, al mando de los comisarios Marcelo Sallas y Cristian Peralta, llegaron a la esquina de la tragedia, se entrevistaron con los familiares de Martorell, quienes les dijeron que estaban al tanto de lo ocurrido, pero que desconocían dónde estaba en ese momento el joven comerciante. En esa vivienda se incautó el calzado que habría usado el acusado cuando se registró el crimen.
Por el momento no fue encontrada el arma homicida y no está claro si era empuñada por el comerciante o por el presunto asaltante. Según los familiares de Martorell, fue levantada de la escena por un grupo de allegados a Santana.
Algunos testigos declararon que antes de que se registrara el hecho de sangre, el hombre fallecido habría estado ingiriendo bebidas alcohólicas en la zona con su hermano Darío Ezequiel. Fuentes judiciales comunicaron que al menos tres testigos prestaron declaración en la fiscalía de feria, a cargo de Washington Navarro Dávila.
Juan José Martorell vive junto a su esposa y sus hijos de siete y cinco años, además de su suegra. Se gana la vida como feriante. “No es una persona violenta; al contrario, es muy tranquilo. No tiene problemas con nadie; lo que más le gusta es jugar a los videojuegos con su hijo”, contó su hermano.
Los vecinos consultados -que prefirieron mantener sus nombres en reserva por temor a sufrir represalias-, aseguraron que se trata de una zona muy insegura.
“Tenés que acompañar a los chicos hasta la parada o hasta la escuela; no los podés dejar que vayan solos, porque los asaltan”, señaló Laura A. “Te roban a cualquier hora. El otro día chocaron dos motos y asaltaron a los heridos”, afirmó Alfredo M.
Miguel Martorell explicó que el año pasado sufrieron un violento robo en su casa, cuando fueron víctimas de una “entradera”. “Eran como 13 personas disfrazadas de policías, entraron por la fuerza y actuaron con mucha violencia. Mi hermano quedó traumatizado”, comentó.
Los familiares de Martorell aseguraron que tras el hecho de sangre fueron amenazados por los familiares del fallecido. “Nos amenazaron con que nos van a matar a tiros y que van a incendiarnos la casa; son una banda de varias personas”, dijo Maximiliano, otro hermano del comerciante.