Las tareas de búsqueda se inician todos los días a las 8.30. Desde esa hora, los equipos trabajan condicionados por las características naturales del lugar, como el frío, el viento, la temperatura del agua, entre otras, que también cumplen un papel importante. Aunque en contra, esta vez.
El jefe de la Unidad Regional Norte (URN), Carlos Castro, contó que ayer la temperatura del agua alcanzó los 15° en la superficie y unos 7° en la “zona profunda”. Además, el viento incide en los trabajos.
“Los buzos se sumergen, pero pueden hacerlo hasta determinado profundidad. Teniendo en cuenta la altura sobre el nivel del mar en la que estamos, el agua lleva presión a los profesionales”, explicó el oficial. Además, desde las embarcaciones se lanzan ganchos y boyas (cuerpo flotante) para el rastrillaje en El Cadillal. “El viento mueve las boyas”, enfatizó.
El titular de la URN describió que la búsqueda se realiza en la zona del lago, mientras los familiares de los desaparecidos “observan y esperan sentados alguna noticia”.
Creen que los desaparecidos en El Cadillal cayeron al agua desde la lancha
Alrededor de las 18, el operativo de la Policía Lacustre, de la Prefectura Naval Argentina y de los socios del Tucumán Yacht Club, finaliza. Es que a esa hora, de acuerdo con los relatos de los participantes, el viento es más fuerte y genera “olas”.
Martín Jiménez, 47 años, y Facundo, su hijo de 19 años, están desaparecidos desde el martes. Habían salido ese día en una lancha con motor desde el Tucumán Yacht Club, en el lago, a buscar leña en la zona de montes del espejo. Además de la división Lacustre, la Infantería, el Grupo CERO y lugareños recorrieron desde entonces diferentes sectores del dique.