CHIANG RAI, Tailandia.- El equipo de fútbol de 12 escolares tailandeses y su entrenador, que llevan dos semanas atrapados en una cueva inundada, se comunicaron ayer con sus padres por primera vez a través de cartas, mientras rescatistas trabajaban denodadamente para salvarlos.
“Por favor, no se preocupen”, pidieron los niños en un mensaje colectivo antes de que cada uno redactara mensajes personales a sus seres queridos, en notas cortas escritas en un papel manchado y amarillento.
“Estamos todos sanos y fuertes. Hay mucha comida que queremos comer cuando salgamos. Queremos ir directamente a casa”, escribieron los pequeños.
Sin plazos
Sin embargo, el destino de los niños atrapados en el complejo de cuevas de Tham Luang sigue siendo incierto. El líder de los rescatistas indicó que la mejor oportunidad de sacarlos podría darse en los próximos días antes de las fuertes lluvias pronosticadas, pero no dio un plazo preciso. Narongsak Osottanakorn advirtió que también los rescatistas estaban librando una “guerra contra el agua y el tiempo” antes de las fuertes lluvias pronosticadas para los próximos días en la región.
El cauto mensaje se emite un día después de la muerte de unos de los buzos de rescate, triste giro en una historia que empezó hace dos semanas, cuando el paseo por el complejo de cuevas de Tham Luanga, en la provincia de Chiang Rai, terminó con el grupo atrapado en una cámara anegada.
Otra posibilidad para tratar de sacar a los chicos de la cueva en la que se encuentran es taladrar un agujero de 600 metros en el techo de la cueva y sacar a los muchachos por allí, aunque esa opción todavía está en fase exploratoria.
Ayer se apreciaba poco movimiento ante la cueva y no había rastro de los helicópteros que en los últimos días sobrevolaban las montañas.
Optimismo
Pero los menores ya miraban al futuro y pidieron a sus escuelas que no fueran demasiado duros con ellos. “Maestros, por favor, no nos den demasiada tarea”, escribieron.
La correspondencia se publicó en la página de Facebook de los Navy SEALs de Tailandia el sábado, indicando que las cartas fueron recibidas durante la noche del viernes.
“Por favor, no se preocupen, papá y mamá (...), ayudaré a mamá con la tienda todos los días. Pronto estaré allí”, escribió Ekarat Wongsukchan, de 14 años, arquero del equipo de la Wild Boars Academy.
La difícil situación de los chicos coincide con el Mundial de Fútbol, del que Rusia es anfitrión. La FIFA ha ofrecido llevar a los niños tailandeses y a su entrenador a la final de en Moscú el 15 de julio si son rescatados antes de esa fecha. (Reuters)