Nadie es profeta en su tierra. La cita bíblica casi que calza como anillo al dedo a la historia de Alberto Costa, que supo conquistar varias ciudades europeas pero que no pudo sacarse el gusto de brillar en el fútbol argentino.
“Tino” armó sus valijas siendo demasiado chico. Con 16 años, partió a Francia en busca de un sueño que por ese entonces parecía demasiado lejano: triunfar en un mundo tan complicado como el del fútbol.
Pero el destino le tenía preparada una hermosa sorpresa. Costa jugó en Francia, España, Italia, Rusia, donde supo defender la camiseta de equipos acostumbrados a jugar copas internacionales como Valencia, Fiorentina o Spartak de Moscú. Pero en medio de esos flashes, donde todo parecía brillar, había algo que le comía la cabeza: jugar en el fútbol argentino. Así, en 2016 pegó la vuelta para sacarse el gusto de hacerlo en San Lorenzo, club del cual es hincha, pero Diego Aguirre, entrenador “cuervo” por ese entonces no le dio muchas posibilidades, por lo que debió marcharse.
“Tengo una espina por haber jugado poco en San Lorenzo, y esta es una linda manera de demostrar que puedo ser valioso también en el fútbol argentino”, dice el volante en diálogo con LG Deportiva, mostrando ganas de lograr cosas importantes con la camiseta “santa”.
Que la liga de cada país tiene sus cosas es una verdad innegable. Por eso Costa quiere seguir demostrando que puede ser importante en cualquier lado. “Ningún fútbol es parecido al argentino. Cada uno tiene sus características y hay que adaptarse. Esta chance es la que esperaba para demostrar que puedo jugar en mi país”, repite el creativo, de 33 años.
Poco más de 24 horas pasaron de su arribo a Tucumán, por eso se sorprendió de la calidez que mostraron los hinchas de San Martín. “Ya me habían hablado de cómo se vive el fútbol acá y había visto la final contra Sarmiento. La hinchada es una locura; cuando se confirmó mi llegada recibí muchos mensajes de aliento a través de las redes sociales. Espero retribuir toda esa buena onda, aportando cosas para que al equipo le vaya bien”, agrega.
Darío Forestello fue uno de los que más luchó por su llegada y eso para “Tino” fue casi decisivo. “Es muy bueno cuando un entrenador se muestra tan convencido de mi llegada. Además, los dirigentes me explicaron su proyecto futbolístico y la verdad es que es lindo saber que vamos a intentar dar pelea en un torneo tan difícil como es la Superliga”.
Costa se decidió rápido por la propuesta de San Martín y apostó a llegar en el inicio de la pretemporada, con la única intención de hacer un buen trabajo precompetitivo, que le permita poder explotar sus condiciones futbolísticas. “Quiero ponerme bien físicamente y hacer una pretemporada completa, algo que hace mucho tiempo no hago. Una vez que esté bien, tendré que adaptarme al sistema”. Y va más un poco más allá: “mi sueño es hacer un gran año en San Martín y tratar de que las cosas nos salgan bien en lo colectivo, para tratar de conseguir los objetivos que tiene esta institución”, sentencia.
Ni bien puso un pie en Tucumán, a Costa le hicieron saber que el clásico contra Atlético casi que será un torneo aparte. Y que los amistosos de pretemporada, también tendrán un condimento especial. “Todos me hablaron de eso. Acá se vive el fútbol con mucha pasión, así que sólo quiero ponerme bien rápidamente para afrontar los amistosos de la mejor manera; y ganarlos, obvio”, cierra “Tino”, que llega a La Ciudadela con sed de revancha y una ilusión tan grande como su carrera.