Justina Lo Cane tenía doce años y estuvo internada en la Fundación Favaloro hasta noviembre del año pasado, cuando falleció a la espera de ser trasplantada.
Cuatro meses esperó Justina un trasplante de corazón pero el órgano nunca llegó y su estado de salud se fue complicando.
En Julio de 2017, la nena había ingresado en la lista de espera del Incucai luego de sufrir una descompensación como producto de una cardiopatía que había adquirido por una neumonitis.
Luego, en septiembre, padeció otra descompensación de mayor gravedad y entró a terapia intensiva. Dos días después, cuando su organismo se debilitó, Justina debió ser conectada a un soporte cardiaco y respiratorio.
En los meses siguientes su salud se fue deteriorando, y tras una complicación tuvieron que amputarle los dedos del pie derecho ante una trombosis. El 19 de noviembre en el Facebook de La Campaña de Justina se posteó que su estado era "crítico, cada día que pasa le juega en contra".
Durante su internación en la Fundación Favaloro, tuvo 10 operativos (posibilidades de recibir un corazón), pero ninguno pudo concretarse ya que en algunos casos había pacientes de mayor gravedad o se producía una falta de compatibilidad.
Su familia había publicado en Facebook una carta en la que destacaban que Justina "esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón".
También remarcaba: "Soportó y resistió, esperando. Soñando en su fiesta de cumpleaños el 9 de diciembre. Siempre apostando a salvarles la vida a los demás que estaban en su misma condición".