Por Francisco Fernández y Gustavo Rodríguez
Con el correr de las horas y al conocerse algunos de los detalles de la imputación que les hicieron a los dos uniformados imputados en el caso de Facundo Ferreira, se conocieron nuevos y escalofriantes detalles sobre cómo se produjo el hecho en el que el niño de 12 años murió al recibir un disparo en la nuca el 8 de marzo pasado en la zona de El Bajo.
La hipótesis que elaboró la fiscala Adriana Giannoni establece que el niño fue víctima de un crimen por el mal proceder que tuvieron los policías Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca. Ayer, en tribunales, les informaron que deberán enfrentar cargos por homicidio agravado, uno de los delitos más graves del Código Penal.
En el mismo paso procesal, también se confirmó que la pistola calibre 22 no fue plantada en la escena. Tampoco fue Facundo el que disparó contra los policías, pero sí su amigo Juan que, por tener 15 años, es inimputable.
A continuación, algunos de los puntos más polémicos que quedaron al descubierto:
1- El origen
Díaz Cáceres y González Montes de Oca se encontraban haciendo tareas de prevención en la esquina de avenida Soldati y Pacará cuando descubrieron a un grupo de jóvenes, que se movilizaban en tres motos, parados en la esquina de Soldati y Francia. Según la imputación, sin que existiera razón alguna, comenzaron a perseguirlos por avenida Benjamín Aráoz hasta llegar a Avellaneda. Facundo y Juan se movilizaban en un rodado de baja cilindrada que tenía colocado el dominio y no tenía pedido de secuestro.
2- La persecución
La primera irregularidad en el accionar policial, según la Justicia, se dio cuando, sin que existiera razón alguna, sin dar la voz de alto y sin avisar lo que estaba sucediendo a su base, continuaron con la persecución. Además, sin importarles que estaban persiguiendo a un niño y a un adolescente (la fiscala Giannoni aseguró que era imposible que no se percataran de que se trataba de menores) Díaz Cáceres efectuó dos disparos con su escopeta con postas de goma que impactaron en la espalda, el tórax y otras partes del cuerpo de Facundo.
3- Más disparos
Según la investigación de la fiscalía, Díaz Cáceres efectuó al menos ocho disparos en contra del niño, a una distancia de entre 10 y 15 metros. En tanto que González Montes de Oca, que habría estado bajo el efecto de estupefacientes, y que conducía la moto, accionó su arma tres veces contra los adolescentes. En total, según la investigación, los efectivos, que prestaban servicio en la Patrulla Motorizada del 911, efectuaron 11 disparos.
4- Enfrentamiento
En la imputación que les realizó a los policías acusados, la Justicia considera que el amigo de Facundo podría haber disparado su pistola calibre 22 para defenderse. Luego, según la teoría oficial, los adolescentes se detuvieron detrás de un contenedor de basura que estaba en la avenida Avellaneda y pasaje Río de Janeiro. En ese momento, Díaz Cáceres habría disparado contra la víctima, provocándole la lesión mortal en la nuca. Juan ya había estado involucrado en el crimen del policía Leandro Meyer ocurrido en Las Talitas en 2016.
5- Maniobras
Según la acusación de la fiscalía, ninguno de los dos policías siguió al pie de la letra el protocolo de procedimiento dispuesto por el Ministerio Público Fiscal y la fuerza, que están obligados a cumplir. Para la fiscala esta fue una maniobra con la que intentaron alterar las pruebas. Aunque no aparece en la imputación, la Justicia investiga por qué tardaron más de una hora y media en avisar que se había producido el hecho.
6- Sin reacción
La Justicia también les observó a los dos uniformados no haber tomado las medidas necesarias para tratar de salvar la vida de Facundo. Por ejemplo, les cuestionó no haber pedido ayuda de inmediato, no haber pedido a la ambulancia del 107 que lo traslade al nosocomio más cercano (lo llevaron al Padilla y no al Centro de Salud) y no les informaron a los médicos las lesiones que había sufrido, evitando así recibir una mejor atención médica que acaso lo podría haber salvado.
7- En libertad
Díaz Cáceres seguirá en libertad porque el juez Víctor Manuel Rougés entendió que no existían motivos para que entorpeciera el accionar de la Justicia. González Montes de Oca quedó aprehendido por pedido de Giannoni y hasta el cierre de esta edición no se había informado si el mismo magistrado aceptaría el pedido de detención en su contra.