“Mis amigos me dicen: ‘te vi en la calle y tenías una cara’. Es que aquí, uno tiene que ponerse serio. Si no, no te respetan. En Yerba Buena, la gente no te respeta. Y tampoco respeta los semáforos. He estado en el semáforo de Aconquija y Federico Rossi. La cantidad de violaciones al tránsito en esa esquina te impresiona. Encima, algunos te contestan ‘haceme la multa; dale, no me importa’. Igual, me gusta hacer cumplir la ley”.
Enrique Francisco es educador vial y es el que pronuncia las palabras que encabezan esta nota.
La Municipalidad le paga cerca de $ 4.000 por cuatro horas de trabajo por día. Además, estudia Trabajo Social en la Facultad de Filosofía y Letras (”esto me viene bien para pagarme los estudios”, acota).