Después de celebrar con sus compañeros, se dirigió a un sector de plateas del estadio de San Patersburgo y se fundió en un abrazo interminable con sus familiares. Marcos Rojo tampoco pudo contener su emoción y festejó con todo ese gol que valió la clasificación de Argentina para los octavos de final de la Copa del Mundo.
"Se los había dicho. Se los dije a Ever (Banega) y a Ota (por Otamendi). Sabía que la iba a meter. Es para mi familia, mi hermano, mi mujer y mis hijas. Las cosas no nos estaban saliendo. Los jugadores se merecen más que nadie esto. La Copa empieza ahora para nosotros", señaló el defensor de Manchester United.
Con su vuelta a la titularidad, Rojo selló el pasaporte "albiceleste" a la fase de eliminación a través de un derechazo estupendo, nada menos que ante Nigeria, al que le había anotado con la rodilla en el 3-2 en Brasil 2014.