El director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadin Argarañaz, calificó ayer como “muy significativa” la designación del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne como organizador del equipo económico, y opinó que existe “un 75% del gasto público concentrado en gasto social y personal”, y que “solo el 25% tiene flexibilidad a la baja”.
En primer término, explicó que “no es lo mismo nueve ministros hablando con el Jefe de Gabinete o el Presidente, que nueve ministros coordinando una acción relacionada con el gasto público con un ministro. Por eso es muy significativo el cambio. Va a ayudar al funcionamiento y al control de la caja y el gasto”, indicó Argarañaz en declaraciones a radio Continental. El economista ponderó la designación, ya que sostuvo que “las decisiones atomizadas tienen más riesgo de descontrol fiscal que una decisión coordinada con ministros”.
Por otro lado, Argarañaz calificó al déficit fiscal es “la madre de todos los problemas” y consideró que “si se quiere acelerar la baja del déficit, la decisión va a tener que tener un amplio consenso”.
Al respecto, el director de Iaraf remarcó que “la discusión va a estar concentrada en los subsidios energéticos y al transporte de pasajeros, obra pública y transferencias no automáticas a provincias, porque hay un 75% del gasto publico concentrado en gasto social y de personal, y solo el 25% tiene un grado de flexibilidad a la baja”.
Hace unos días, el Iaraf planteó tres escenarios para lograr la convergencia al equilibrio fiscal, tal como lo sugiere el FMI.
• En el primer escenario se considera que la actual exigencia para el resultado primario de 2018 se traslada hacia cada uno de los años siguientes. Así, las metas fiscales serían iguales a: 1,7% del PBI para 2019, 0,7% para 2020 y en 2021 se buscaría el equilibrio primario. Así, el objetivo de déficit primario igual a 1,7% del PBI para 2019 no se lograría sólo con el gasto primario creciendo de manera constante en términos reales; lo que implicaría que los subsidios económicos también crezcan en línea con la inflación como dicta la Responsabilidad Fiscal. No obstante, si los subsidios a la energía disminuyeran en 2019 un 22% en relación al monto presupuestado para 2018, al retroceder 0,3 punto del PBI respecto de 2018, esto alcanzaría para cubrir el esfuerzo fiscal de lograr un resultado primario igual a 1,7% del PBI. En sintonía, un desempeño responsable sería insuficiente para cubrir la nueva meta en 2020. En tal caso, se requeriría que los subsidios a la energía se eliminen por completo y que los subsidios al transporte crezcan solamente un 5,5% con respecto a 2019. Esto implicaría una caída en términos reales y una baja de los mismos equivalente a 0,1 punto del PBI. Por último, para lograr el objetivo de alcanzar el equilibrio fiscal en 2021 sería necesaria y suficiente la eliminación de los subsidios al transporte.
• En el segundo escenario, se estipula el mismo traslado de 0,5% del PBI hacia 2019, pero se buscaría alcanzar el equilibrio fiscal en el año 2020. Por lo tanto, el sendero de metas quedaría estipulado de la siguiente forma: -1,7% del PBI para 2019 y 0% para 2020. El cumplimiento de la meta fiscal en 2019 exigiría las mismas condiciones propuestas con anterioridad. No obstante, para alcanzar el equilibrio en 2020 se requiere un aporte de reducción del gasto primario extra al obtenido por un comportamiento fiscal responsable. El aporte extra asciende a 1,2% del PBI. De esta manera, para lograr el equilibrio en 2020 se requeriría la eliminación total del conjunto de subsidios a la energía y al transporte, que precisamente sumarían este monto para 2020.
• Por último, el tercer escenario propone alcanzar el equilibrio fiscal primario ya en 2019, partiendo del mencionado déficit primario del 2,7% proyectado para 2018. Para tal caso, la baja del peso del gasto primario por un crecimiento constante en términos reales aportaría 0,7 punto por lo que se exigiría un aporte extra en torno al 2% del gasto primario para alcanzar el equilibrio en 2019.