La dinastía de los Golden State Warriors está a un partido de llegar a su fin. El equipo liderado por Stephen Curry sufrió el jueves una derrota clave en la serie ante los Houston Rockets y podría quedar fuera de la final de la NBA por primera vez desde 2014.
Los Rockets se impusieron en casa por 98-94 para colocarse 3-2 en el cruce y quedar a un paso de eliminar al defensor del título. El sábado, en campo de los Warriors, tendrán la posibilidad de regresar a una final de la mejor liga de baloncesto del mundo después de 23 años.
"Las pérdidas nos mataron", dijo Steve Kerr, el técnico de los Warriors, tras la derrota. Su equipo sufrió 18 pérdidas y cometió inusuales errores en momentos clave del partido.
El más importante de ellos sucedió a escasos segundos del final, cuando Draymond Green no pudo tomar un pase de Curry y perdió el balón. En la jugada siguiente, Eric Gordon encestó dos tiros libres para sentenciar el encuentro a favor de los Rockets.
"Creo que Draymond probablemente pensó que podría hacer un mate. Se aceleró un poco y perdió el balón", lamentó Kerry.
Los Warriors están ahora obligados a ganar los próximos dos encuentros ante un rival que está demostrando por qué ha tenido el mejor registro de toda la fase regular. Los Rockets, sin embargo, no podrán contar este sábado con Chris Paul, quien sufrió una lesión muscular, lo cual podría cambiar el sentido de la serie.
"No veo por qué no podemos ganar dos partidos consecutivos", dijo Klay Thompson, que anotó 23 puntos en la derrota. Kevin Durant, con 29 puntos, y Curry (22) también se destacaron en los Warriors, mientras que por los Rockets brillaron Eric Gordon (24), Chris Paul (20) y James Harden (19).
Golden State es el equipo de referencia en la NBA en las últimas temporadas. Ganó el título en 2015 y 2017 y en 2016 cayó en la final ante los Cleveland Cavaliers. Ambos equipos jugaron las últimas tres finales de la NBA, pero este año podría haber rostros nuevos. (DPA)