“Ese día todos querían que yo hiciera algo. Era el hombre orquesta. Me pedían que buscara comida y hasta que consiguiera una lona. Yo no encubrí a nadie. Estaba cansado. Se documentó mal algo que no estaba en su lugar”, argumentó el ex comisario Enrique García al declarar como testigo en el juicio por el crimen de Paulina Lebbos y su encubrimiento.
Fue después de que se leyera el acta de las actuaciones del hallazgo del cuerpo de Paulina. Se trata de un documento fraguado en el que consta que fue la Policía la que halló los restos de Paulina y no los hermanos Sergio y Marcelo Goitea.
El 28 de octubre de 2013, García declaró en sede judicial que no había hablado antes “porque estaban todavía en actividad los jefes”. García era, al momento del hallazgo, el jefe de la comisaría de Raco.
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Esa sede policial realizó las primeras actuaciones en el lugar donde fueron encontrados los restos de Paulina, a pesar de que no era su jurisdicción. “Tenía temor a represalias. Ya no tengo compromisos con nadie y no tengo nada que ocultar. Antes tenía temor de que le vaya a pasar algo a mi familia”, afirmó en esa oportunidad ante el fiscal Diego López Ávila.
Ayer García confirmó sus dichos. “Cada uno busca tratar de no ir en contra de los superiores, que a veces tienen facultades y pueden pasarte a retiro. Yo tenía familia y el entusiasmo de llegar hasta la última jerarquía. Uno no sabe cómo pueden tomarlo”, manifestó.
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El ex policía está detenido desde hace dos años en el penal de Villa Urquiza, donde cumple una condena de cinco años, precisamente por las irregularidades cometidas en la intervención del caso. Ahora aseguró que se trató “de una falta administrativa” y que la Policía “siempre busca agrandar las cosas”, ya que el hallazgo del cuerpo de Paulina era considerado “un logro” para la fuerza.
Supuestas amenazas
Aunque el testigo aseguró que no estaba amenazado, relató que vivió una serie de situaciones que le hicieron sospechar que estaba en peligro. Describió un ataque que sufrió durante un tour de compras, cuando, según dijo, desconocidos le dispararon al vehículo en el que se movilizaba. “Relacioné ese ataque con el juicio. Me sentía perseguido. Tenía miedo”, señaló.
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“Yo presenté pruebas para el caso y terminé detenido. Era evidente que yo quería contribuir. Yo no quería ocultar ni cambiar nada. Presenté una declaración que encontré en un cajón de la comisaría y terminé preso”, aseguró García al declarar por segunda jornada consecutiva en el juicio.
García se refiere a la declaración de Diego Sebastián Nieva. Se trata del remisero que conducía un auto rural con el que realizaba el trayecto desde avenida Avellaneda y Francia, en la capital, hasta Raco. El 10 de marzo de 2006, un día antes del hallazgo del cuerpo de Paulina a la vera de la ruta 341 en Tapia, el entonces oficial Manuel Yapura le tomó una declaración.
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La Policía tenía la orden de identificar todos los Fiat Duna rojo que funcionaban como remise, y Nieva le contó a Yapura cómo eran sus horarios de trabajo y su recorrido habitual. Sin embargo, a la fiscalía llegó otra acta, con una declaración más extensa y, según se comprobó más adelante, con una firma “trucha” del remisero.
Ayer, García confirmó que Yapura confeccionó la declaración de Nieva por orden de Rubén Brito, quien era jefe de la Regional Norte.
“Yapura confeccionó el acta. Brito le dijo que estaba como pobre la declaración (sic), que había que cambiarla. Era una declaración falsificada”, sostuvo. “Brito estaba molesto porque presenté el acta en Tribunales y pasé sobre él. Estaba muy enojado; me retó”, contó.
Hoy, el testigo declarará por tercera jornada consecutiva.