El peso argentino se devaluó ayer un 8,4% frente al dólar, que cerró en un nivel récord de 23,30 pesos, pese a que el Gobierno intervino en los mercados y subió las tasas de interés de referencia a siete días a 33,25%, en medio de una fuerte tensión financiera.
El peso ya había perdido un 3,1% el miércoles y acumula una devaluación del 13,6% desde el 25 de abril, cuando el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió inyectar 1.500 millones de dólares en una sola jornada en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para frenar la estampida de la divisa estadounidense.
Diez razones de la hasta ahora incontenible suba del dólar
La escalada del dólar se registró ayer incluso después de que el BCRA subió por segunda vez en pocos días los tipos de interés de referencia, esta vez tres puntos porcentuales a 33,25%, consignó la agencia alemana DPA. Además, la tasa de rendimiento de las Lebac, para el plazo más corto, dio un importante salto en el mercado secundario al llegar al 40%, un movimiento convalidado por el Central en un nuevo intento para poner un límite al descontrol del mercado de cambios. El presidente de la entidad, Federico Sturzenegger, reunió en forma imprevista y por fuera del cronograma habitual, por segunda vez en una semana, al Comité de Política Monetaria, para analizar medidas que frenen la presión sobre la moneda local. La semana pasada ya había subido las tasas de 27,30 a 28%.
El gobierno de Mauricio Macri intentó llevar calma a los mercados. “Tenemos la situación bajo control”, aseguró el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ante la incertidumbre que reinaba en el mercado de cambios.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, pidió tranquilidad. “Las situaciones de volatilidad no nos tienen que asustar: tienen que ser parte del aprendizaje de vivir con un tipo de cambio flotante. Si no tuviéramos la flotación o no hubiera correcciones tendríamos atraso cambiario que afectaría al empleo y la producción”, sostuvo Peña. Y explicó que “muchas monedas de la región y del mundo han tenido movimientos en los últimos días” y que, en consecuencia, la suba del dólar que se registró en Argentina “es parte de vivir integrados en un mundo que tiene volatilidades”.
"Jueves negro": el dólar esperado a fin de año ya fue superado
La presión sobre el peso se acentuó en las últimas semanas, en las que el Banco Central cambió de política y comenzó a intervenir activamente en el Mercado Único y Libre de Cambios, con la inyección de varios miles de millones de dólares para satisfacer la demanda de divisas y evitar una disparada de la cotización de la moneda estadounidense. También influyeron en las presiones alcistas el aumento de los tipos de interés en EEUU.
Dólar por arriba de los $ 23: qué dice el Gobierno sobre la fuerte suba
El Gobierno buscaba sostener el valor del dólar como una de las medidas para controlar la inflación, que en los primeros tres meses del año superó el 6,7%, casi la mitad del 15% proyectado para todo el año. Según consultoras privadas, en abril se habría registrado una inflación de 2,4%. El sostenimiento del dólar es una de las medidas oficiales para controlar la inflación, pero por una nueva suba de las tarifas de los servicios públicos, alimentos y otros rubros no lo pudo lograr. A estos factores se sumó el malhumor social y la advertencia de varios analistas sobre la vulnerabilidad de la Argentina por su alto nivel de endeudamiento
Volviendo al comportamiento del mercado cambiario en la agitada jornada de ayer, el dólar paralelo se disparó dos pesos a $ 23,50, según el relevamiento en cuevas del microcentro porteño. El “contado con liqui” saltó a $ 22,75. Las reservas del BCRA bajaron ayer U$S 146 millones, hasta U$S 56.144 millones, señaló Télam.