Y cuando justo cuando el agua parecía taparle la nariz, en La Paz respiró como quien se encuentra en el llano y despierta de un largo letargo. Atlético, el que alguna vez emocionó al continente con su hazaña en Quito, en su primera eliminatoria de Copa 2017, lo hizo de nuevo, y por triplicado un año después. En Bolivia primero, y luego en el Monumental, donde sus sueños de avanzar a los octavos de final hoy ya no suenan tanto a utopía sino a una posibilidad concreta.
Atlético está empecinado en seguir viajando por Sudamérica, en vivir fuera de Tucumán. Bien por el equipo, bien por la gente, bien por su fútbol. Anoche quizás no el ideal para poner en la mesita de luz, pero fue el indicado para no dejar emocionar a un Peñarol que vino por la parda y se retiró perdedor. Por avaro y especulador.
La película de 2017 volvió a repetirse este 2 de mayo de 2018, de nuevo con un resultado positivo y con la suficiencia, por lo hecho en los dos partidos anteriores del grupo C, como para sentir que nada puede ser imposible. Tres triunfos en fila en la Copa no hicieron más que asegurarle a Atlético como mínimo el pase a la siguiente instancia de la Copa Sudamericana. Pero hablar de ello significaría apartar el gran objetivo, desmerecer el anhelo expreso en el brindis de la pasada Navidad: clasificar a los octavos de final de la Libertadores.
¡Qué cerquita está Atlético! Necesita un punto. Un punto es una vida, sí. Pero un punto significa que en la última fecha ante Libertad en Asunción, el próximo jueves 17, dos resultados le caben al “Decano”: ganar o empatar.
En la sugestión del planeta fútbol hablar de resultados pautados antes de jugarse tiene olor a trampa. Lo es. Pero también puede ser un negocio entre las partes sin siquiera haber habido un acercamiento.
¿A qué viene el comentario? Hoy son Libertad y Atlético los que definen en cierta forma su futuro en la Copa grande. Si los paraguayos no triunfan esta noche ante The Strongest en la Paz, seguirán con nueve puntos, los mismos que el “Decano”, pero con mejor diferencial de goles a favor y manteniéndose como punteros. Si empatan o ganan, automáticamente se clasifican a octavos, eliminando a los bolivianos (3 puntos) de sus chances de al menos subirse a la Sudamericana. En la última fecha, también el 17, Peñarol (6) espera por los bolivianos. Debe ganar o ganar para asegurarse la Sudamericana y quizás el segundo lugar en la zona, si es que Atlético pierde en Asunción.
Suena raro imaginar hoy una derrota “decana”, pero no porque una mano negra esté haciendo de las suyas. Simplemente suena raro imaginar a Atlético eliminado de los octavos de final de la Copa por el solo hecho que durante este 2018 ha sabido construir su rica historia en el torneo con un corazón que bombea tan fuerte que el continente mismo late cuando el “Decano” sale a la cancha.