Real Madrid sostiene su ambición de alcanzar el triplete con su victoria de esta tarde por 2-1 en el Allianz Arena ante Bayer Múnich, en la ida de una semifinal de la Liga de Campeones de fútbol repleta de historia, heridas abiertas y que marcará a fuego la temporada de ambos.
El trámite era parejo hasta el primer cuarto de hora y, de a poco, el "mrengue" empezó a merodear con más frecuencia los dominios de Sven Ulreich.
El cuadro bávaro, sin embargo, en 27' sacó una contra fulminante con un pase magistral de James Rodríguez para Joshua Kimmich que entró por la derecha, Keylor Navas pareció esperar el centro y le regaló el primer palo al volante que metió un derechazo cruzado para el 1-0.
Transcurrían 44' cuando Marcelo tomó el balón fuera del área madrileña y clavó una volea de zurda para empatar el encuentro.
Ya en tiempo añadido, Navas salvó a su equipo ante un cabezazo abajo de Lewandoski, a quien después Carvajal lo empujó en el área y el juez Björn Kuipers no sancionó la infracción sobre el atacante polaco.
En 35', los germanos se quedaron sin dos de sus titulares: por lesiones, salieron Robben y Boateng, reemplazados por Niklas Sule y Thiago Alcántara.
Al minuto 5 se lo perdió Müller y un centro de Ribery (de gran trabajo) salió cerca. Un error en la mitad de la cancha fue fatal para los bávaros: con su equipo jugado al ataque, Hummels se equivocó en un pase, Lucas Vázquez ejecutó la contra con maestría y dejó a Marco Asensio de cara al gol. 2-1 en 12'.
Las ocasione de gol siguieron presentándose en el partido: Benzema (entró por el lesionado Carvjala), tuvo dos. El local creó más situaciones pero Lewandoski no pudo con Navas, Ribery también tuvo la suya pero el resultado no se alteró hasta el final.
Aunque el Bayern haya ganado ya la Bundesliga y esté en la final de Copa, necesitaba dar un golpe de autoridad en Europa: una Champions en 16 temporadas es un bagaje quizás un poco pobre para un club que se pasea últimamente en Alemania.
El Real Madrid, por su parte, tiene en la Champions la tabla de salvación a su temporada, tras decir adiós a la Copa del Rey en enero y quedar descolgado de la Liga española en diciembre.
Bien diferentes eran las cosas en 1976, cuando Bayern y Real Madrid se midieron por primera vez. Desde entonces chocaron en 24 ocasiones -el clásico por antonomasia de la Copa de Europa- y la igualdad es máxima: 11 victorias para cada uno, dos empates, 36 goles para los alemanes y 37 para los blancos. Será la séptima vez que se enfrenten en semifinales.
"Siempre ha habido grandes partidos entre ambos y tiene una enorme tradición. Habrá millones de personas mañana delante del televisor, habrá pasión, emoción, alegría, quizás también tristeza", indicó el técnico del Bayern, Jupp Heynckes.
De Cristiano Ronaldo no guarda buenos recuerdos ningún estadio de Europa y mucho menos el Allianz Arena, que mañana estará de nuevo lleno hasta la bandera con 68.000 espectadores. Cristiano Ronaldo marcó cuatro goles en sus dos últimos partidos en Múnich y cambió el oscuro historial de su club en la ciudad del sur de Alemania.
La capital bávara ha sido históricamente un infierno para el Real Madrid: entre 1976 y 2012 perdió nueve partidos y empató uno. Desde entonces, con Cristiano Ronaldo como faro, dos visitas y dos triunfos.
Heynckes no podrá contar con el lesionado Arturo Vidal y llega con la duda de David Alaba, que ayer no se entrenó por una lesión en el muslo. Con Robert Lewandowski como punta y Javi Martínez de ancla, Heycnkes tiene cinco nombres para cuatro puestos en el medio: Arjen Robben, Franck Ribery, Thomas Müller, James Rodríguez y Thiago Alcántara.
El partido de vuelta se jugará el próximo martes en el Santiago Bernabéu. (DPA)
Björn Kuipers