> PUNTO DE VISTA
ANA DE MENDOZA | REPRESENTANTE ADJUNTA DE UNICEF ARGENTINA
En Argentina, el 96 % de los adultos piensa que los chicos y chicas no deben ser castigados físicamente. Sin embargo, al preguntar por las prácticas, los mismos encuestados dan cuenta del frecuente uso del castigo físico en la crianza (40 %). Esta tensión entre la creencia y la práctica presenta un desafío: trabajar para que las madres, padres y cuidadores reconozcan y desnaturalicen las prácticas violentas y desarrollen nuevas habilidades.
Maltrato es: “cualquier omisión o acción, intencional o no, por parte de las personas a cargo del niño, niña o adolescente que comprometan la satisfacción de sus necesidades primarias (alimentación, abrigo y protección contra el peligro) y socioemocionales (interacción, afecto, atención, estimulación y juego) por las que se vea afectado su desarrollo físico y emocional, su integridad y que implique una vulneración de sus derechos”.
El maltrato físico es la forma más evidente, pero el maltrato emocional o psicológico es la modalidad más común y al mismo tiempo la más difícil de reconocer. Los gritos, las amenazas, los insultos y las descalificaciones son formas de maltrato que no dejan marcas tan visibles, pero también afectan el desarrollo integral de las niñas y niños.
El marco normativo de nuestro país brinda un contexto adecuado para la erradicación del maltrato y la violencia contra niñas, niños y adolescentes. El castigo corporal está prohibido y el Estado tiene la responsabilidad de asegurar políticas, recursos y asistencia apropiados para que la familia pueda asumir adecuadamente sus funciones en la crianza.
A criar se aprende: todas las familias enfrentan desafíos en torno de la crianza. La protección de la infancia frente al maltrato es responsabilidad de toda la sociedad. Ante el conocimiento o sospecha de una situación de violencia contra un niño o una niña, es importante dar intervención a los organismos de niñez especializados a través de las líneas #102, disponibles en 15 provincias (Tucumán está entre ellas), o el Servicio Local de Protección de Derechos de niños, niñas y adolescentes más cercano. Estos organismos deben facilitar el apoyo a las familias para que puedan cumplir adecuadamente su rol. En casos gravísimos de vulneración de derechos, pueden tomar una medida de protección excepcional que resguarde al niño o niña bajo el cuidado temporario de un familiar o de una institución.
Ninguna forma de violencia es justificable. Toda forma de violencia es prevenible. Un mundo libre de violencia para los niños y las niñas también depende de cada uno de nosotros. (El 25 de abril es el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil)