Una mujer, de 32 años, denunció que habría sido víctima de un secuestro extorsivo ayer, cuando se subió a un taxi en Catamarca para volver a Tucumán.
Según fuentes policiales, la mujer, quien tiene domicilio en el barrio Lola Mora de la capital tucumana, había viajado días atrás a Catamarca para asistir a un recital del cantante “cuartetero” Ulises Bueno, aunque no se precisó en cuál ciudad de la provincia vecina. Cuando finalizó la función, pasadas las 7, se subió a un taxi para regresar a Tucumán. Sin embargo, siempre de acuerdo con el testimonio de la tucumana, el chofer, un catamarqueño de 57 años, “la tuvo dando vueltas por La Cocha y Monteros” durante más de tres horas.
Cerca de las 11.30, agentes de la Policía Vial que se encontraban realizando un control en la autopista San Martín, que une San Miguel de Tucumán con Famaillá, detuvieron el vehículo a la altura del puente Santa Bárbara. Allí, la mujer aprovechó el momento y pidió ayuda a los uniformados. Aseguró que el taxista habría intentado secuestrarla, por lo que ambos fueron llevados a la comisaría de la localidad de Los Aguirre.
En esa sede policial, la pasajera denunció al chofer y manifestó que él le habría exigido $ 10.000 por el pago del viaje y, además, la habría amenazado con secuestrarla.
A raíz de esa declaración, tomó intervención la Justicia provincial, ordenando que la víctima, el acusado y el personal de Seguridad Vial que participó en el operativo fueran trasladados a una base de la División de Trata de Personas de la fuerza de seguridad provincial.
La pasajera no presentaba signos de haber sido agredida físicamente y tampoco se encontraba en estado de shock, informó una fuente policial.
El caso podría pasar a la Justicia Federal, para avanzar si se trató de un “secuestro extorsivo”.
Medidas
Según informaron fuentes de la Justicia Federal, en principio, no se trataría de un caso de “trata de Persona”, sino de “secuestro extorsivo” o, en su defecto, de “tentativa de secuestro”.
De acuerdo con lo informado por la fuente, las primeras medidas que deben tomarse en estos casos es separar a la víctima del acusado. Luego, un equipo de profesionales brindaría ayudas psicológica y médica, en caso de que sean necesarias.
Conforme al procedimiento, se explicó que cada caso tiene que ser evaluado individualmente para ver los requerimientos que tienen las víctimas, como ser hospedada en un lugar seguro o regresar a su lugar de origen, entre otras posibilidades.
En paralelo, se intenta determinar el rol que tuvo el acusado y si hubo otras personas involucradas en el delito.