Una imagen registrada en el 12 de marzo de 2006, el día siguiente al hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos a la vera de la ruta 341, puede ser clave en el juicio que se impulsa por el homicidio de la estudiante de Ciencias de la Comunicación. Es que aquel día, César Soto cargaba en su espalda una mochila amarilla. Y Virginia Mercado, en su declaración, dijo que la última vez que vio a su amiga le entregó una mochila de características similares.
Sin embargo, Marissa Lebbos, una de las hermanas de la víctima, reconoció en su declaración de esta tarde, que la mochila que llevaba Paulina el día de su desaparición era la de ella y no la propia. "Paulina tenía otra mochila (que era con negro) y empezó a usar la mía luego de que Soto le quitara la suya", indicó Marissa.
Con esta declaración surgió la hipótesis de que la mochila que usaba Soto y con la cual aparece en la imagen no es la misma que usó Paulina el día de su desaparición. Paulina y su hermana se habían comprado dos mochilas muy parecidas (la de Marissa tenía dos tiras y la de Paulina, una).
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María Sofía Lebbos, la hermana de Paulina que declaró este mediodía ante el tribunal había dado otra versión. En el medio del interrogatorio, el fiscal de Cámara Carlos Saltor pidió permiso para mostrarle a la testigo la imagen de una mochila, para que reconociera si era la que tenía su hermana el día que desapareció. La testigo asintió. Luego aclaró, sin embargo, que sí era una mochila de las que usaba Paulina, aunque no podía asegurar que la haya llevado el día que fue vista por última vez con vida.
El fiscal, entonces, explicó al tribual que la imagen corresponde a una filmación que fue tomada por las cámaras de Canal 8, en Tapia, y quien portaba la mochila era Soto. La ex pareja de la joven siempre declaró ante la Justicia que Paulina no llegó a su casa luego de bailar en el Abasto.
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Los magistrados decidieron incorporar como prueba la captura del video en la que Soto aparece con una mochila amarilla en su espalda, de similares características a la que tenía Paulina.
En las imágenes registradas aquel día se observa cómo fue el operativo de rastrillaje que se realizó en la zona del hallazgo, el día siguiente. La filmación de Canal 8, incluso, registró un diálogo entre Soto y el fiscal Alejandro Noguera, quien tuvo en un principio la investigación del homicidio, pero luego fue separado.
Declaración y dudas
La semana pasada, Virigina Mercado, amiga de Paulina y la última persona que la vio con vida, declaró ante el tribunal lo ocurrido 26 de febrero del 2006. Aquella noche, fueron a bailar a un boliche de El Abasto y luego tomaron juntas un remise. Mercado descendió primero, y Paulina siguió viaje.
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"Me bajé a buscar una mochila de Paulina. Ella iba a seguir viaje hasta Estados Unidos al 1.200, a ver a su novio (…). Cuando baje con la mochila vi el rostro de paulina como si estuviera teniendo un dialogo (con el chofer); yo sabía que estaba en pareja con César Soto, padre de su hija. Nunca me lo presentó, no lo conocí. Él llamaba al departamento para hablar con Paulina para saber si había llegado. Él era celoso. No tengo certezas, mi conjetura es que él la controlaba", manifestó Mercado.
A medida que la joven avanzaba con su declaración, el fiscal Diego López Ávila advirtió algunas diferencias con lo declarado durante la etapa de instrucción. La joven, sin embargo, se excusó diciendo que han pasado 12 años de aquella noche. "No recuerdo", repitió en numerosas oportunidades. Además, el tribunal remarcó que tuvo numerosas contradicciones respecto a las declaraciones realizadas en la etapa de instrucción.
El entorno de César Soto quedó en la mira de la Justicia. Joge Giménez, compadre del joven, fue detenido ayer por falso testimonio. Giménez, que negó haber tenido una relación con Paulina, no pudo justificar las llamadas y los mensajes que le había enviado en las horas previas a su desaparición. Un matrimonio también complicó a Soto al confirmar que él les había pedido el celular para llamar a la estudiante el 26 de febrero al mediodía. Soto negó haber hecho esa comunicación.