Aislados pero muy copados
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Atlético y San Martín no se cruzarían hasta una hipotética final pero disfrutaron el sorteo: Tristán Suárez y Patronato, los rivales
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prensa copa argentina
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La mitad de los emparejamientos de la Copa Argentina estaban sorteados y ni Atlético ni San Martín todavía tenían pareja para la cita de 32vos. de final. Eso quería decir que el clásico tucumano todavía era posible. La emoción para cada uno de los mundos estaba por alcanzar su pico máximo hasta que el conductor del evento advirtió: “ahora, por cuestiones de seguridad, vamos a sortear los emparejamientos de Atlético Tucumán, Tigre, Almagro y Villa Dálmine solo con estos equipos”. La lista excluía a los clásicos rivales de cada uno y acababa rápidamente con la posibilidad de reeditar ese duelo de 2013.
“Nosotros nos manejamos con los organismos de seguridad. Antes de ver cualquier sede, consultamos con ellos y en este caso nos habían dicho que en la primera ronda eran inviables Atlético-San Martín, Almagro-Estudiantes de Caseros, Tigre-Morón y Villa Dálmine-Defensores Unidos de Zárate”, explicó Leonardo Gallego, coordinador de prensa de la Copa, cuya organización lo hizo público en ese momento del sorteo.
Así, una vez armado el cuadro con Tristán Suárez (B Metropolitana) como rival “decano” y Patronato (Superliga) como rival “santo”, pudo conocerse que solo se enfrentarán en una hipotética final, algo complicado teniendo en cuenta que si San Martín supera esa instancia, lo esperaría seguramente Boca (enfrentará a Alvarado, de Mar del Plata) aunque todo puede pasar.
“Tuvimos una grata experiencia con Atlético en la edición pasada. Es un equipo consolidado en Primera y que la juega hace mucho pero que haya podido ahora entrar San Martín también jerarquiza el torneo”, admitió Gallego.
Ese “detalle” en la ceremonia llevada a cabo en el predio de Ezeiza fue el único que se hizo “a dedo”. Incluso, para esta edición, el torneo sufrió una serie de modificaciones que tuvieron que ver con lo aleatorio de los cruces.
“En años anteriores se armaba el cuadro para que Boca y River, por ejemplo, no se crucen hasta la final. Lo mismo con otros equipos grandes. Ahora es diferente”, señala Gallego. De hecho, Boca y River podrán verse en semifinales, y en cuartos tener los siguientes choques: Boca-Independiente y River-Racing. Todos estos, del lado derecho del cuadro.
Del lado izquierdo, espera Atlético que podría -por qué no- repetir la final del año pasado, o al menos semifinal, ya que al único “cuco” que tiene de su lado es San Lorenzo.
En caso de ganar ese primer partido ante el cuarto de la B Metropolitana, el equipo de Ricardo Zielinski deberá jugar con el ganador de Huracán y Victoriano Arenas (Primera D).
Otro de los cambios es el de los premios. Se incrementaron en un 20% con relación al año pasado y el ganador del trofeo terminará embolsando en total (por cada fase hay un monto determinado, ver nota aparte), más de $13.000.000. Más de 100 millones en premios repartidos entre todos los participantes.
“Es la séptima edición del torneo (novena si contamos las de la década del ‘60) y ha ido evolucionando en todo sentido”, dice Gallego. Sobre todo en el deportivo ya que así como Atlético llegó a la Libertadores (directamente a la fase de grupos) por haber alcanzado la final el año pasado (River le cedió su cupo al ya estar clasificado), el propio River jugó la Libertadores 2016 gracias a la Copa Argentina y quizás la necesite otra vez para jugar la de 2019, con su mal pasar en la Superliga.
En cuanto a las fechas, la idea de la organización es clara: jugar todos los partidos de 32vos. de final antes del Mundial. Comenzar a fines de este mes y seguir en abril y retomar tras la cita de las selecciones.
Aún no hay fecha ni sede para los partidos de Atlético y San Martín pero ambos ya empezaron a palpitar la Copa. Aunque vayan por caminos separados.
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LA CEREMONIA. El sorteo atraviesa su segunda parte en el salón principal del predio de AFA en Ezeiza. Atlético jugará frente a Tristaán Suárez y San Martín lo hará ante Patronato.
La mitad de los emparejamientos de la Copa Argentina estaban sorteados y ni Atlético ni San Martín todavía tenían pareja para la cita de 32vos. de final. Eso quería decir que el clásico tucumano todavía era posible. La emoción para cada uno de los mundos estaba por alcanzar su pico máximo hasta que el conductor del evento advirtió: “ahora, por cuestiones de seguridad, vamos a sortear los emparejamientos de Atlético Tucumán, Tigre, Almagro y Villa Dálmine solo con estos equipos”. La lista excluía a los clásicos rivales de cada uno y acababa rápidamente con la posibilidad de reeditar ese duelo de 2013.
“Nosotros nos manejamos con los organismos de seguridad. Antes de ver cualquier sede, consultamos con ellos y en este caso nos habían dicho que en la primera ronda eran inviables Atlético-San Martín, Almagro-Estudiantes de Caseros, Tigre-Morón y Villa Dálmine-Defensores Unidos de Zárate”, explicó Leonardo Gallego, coordinador de prensa de la Copa, cuya organización lo hizo público en ese momento del sorteo.
Así, una vez armado el cuadro con Tristán Suárez (B Metropolitana) como rival “decano” y Patronato (Superliga) como rival “santo”, pudo conocerse que solo se enfrentarán en una hipotética final, algo complicado teniendo en cuenta que si San Martín supera esa instancia, lo esperaría seguramente Boca (enfrentará a Alvarado, de Mar del Plata) aunque todo puede pasar.
“Tuvimos una grata experiencia con Atlético en la edición pasada. Es un equipo consolidado en Primera y que la juega hace mucho pero que haya podido ahora entrar San Martín también jerarquiza el torneo”, admitió Gallego.
Ese “detalle” en la ceremonia llevada a cabo en el predio de Ezeiza fue el único que se hizo “a dedo”. Incluso, para esta edición, el torneo sufrió una serie de modificaciones que tuvieron que ver con lo aleatorio de los cruces.
“En años anteriores se armaba el cuadro para que Boca y River, por ejemplo, no se crucen hasta la final. Lo mismo con otros equipos grandes. Ahora es diferente”, señala Gallego. De hecho, Boca y River podrán verse en semifinales, y en cuartos tener los siguientes choques: Boca-Independiente y River-Racing. Todos estos, del lado derecho del cuadro.
Del lado izquierdo, espera Atlético que podría -por qué no- repetir la final del año pasado, o al menos semifinal, ya que al único “cuco” que tiene de su lado es San Lorenzo.
En caso de ganar ese primer partido ante el cuarto de la B Metropolitana, el equipo de Ricardo Zielinski deberá jugar con el ganador de Huracán y Victoriano Arenas (Primera D).
Otro de los cambios es el de los premios. Se incrementaron en un 20% con relación al año pasado y el ganador del trofeo terminará embolsando en total (por cada fase hay un monto determinado, ver nota aparte), más de $13.000.000. Más de 100 millones en premios repartidos entre todos los participantes.
“Es la séptima edición del torneo (novena si contamos las de la década del ‘60) y ha ido evolucionando en todo sentido”, dice Gallego. Sobre todo en el deportivo ya que así como Atlético llegó a la Libertadores (directamente a la fase de grupos) por haber alcanzado la final el año pasado (River le cedió su cupo al ya estar clasificado), el propio River jugó la Libertadores 2016 gracias a la Copa Argentina y quizás la necesite otra vez para jugar la de 2019, con su mal pasar en la Superliga.
En cuanto a las fechas, la idea de la organización es clara: jugar todos los partidos de 32vos. de final antes del Mundial. Comenzar a fines de este mes y seguir en abril y retomar tras la cita de las selecciones.
Aún no hay fecha ni sede para los partidos de Atlético y San Martín pero ambos ya empezaron a palpitar la Copa. Aunque vayan por caminos separados.