Minutos finales del partido. San Martín gana, y tiene controlado el cruce. Desde los cuatro costados del campo de juego baja fuerte el tradicional canto “ciruja” que avisa que “el ‘Santo’ va a volver” a Primera. Todas las tribunas pintadas de “rojiblanco” le dan un marco espectacular a un estadio prácticamente repleto. Pero no fue así durante todo el encuentro.
Habían pasado varios minutos de iniciado el partido, y las populares mostraban muchos huecos. En las plateas, sin embargo, la gente estaba tranquila, porque sabía que con el correr del tiempo esos claros se llenarían de hinchas. En efecto, así ocurrió: hacia el primer cuarto de hora ya estaban cubiertos, y la cancha mostraba el lleno de siempre.
No es la primera vez que sucede. De hecho, pareciera una constante, cada vez que el “Santo” juega en su casa: el hincha de San Martín -en especial, el de las populares- entra al estadio sobre la hora o cuando el encuentro ya comenzó.
Algunos podrán decir que los demoró el operativo “Tribuna Segura”. Cierto es que ese despliegue policial que busca hallar personas con orden de captura, funciona como un embudo en el camino hacia la cancha. Pero lo cierto es que el hincha “ciruja” también ingresa tarde cuando no se realizan esos controles.
“La gente hace la previa cerca de la cancha. Se juntan, toman algo, escuchan música, cantan. Y cuando se acuerdan, ya está a punto de empezar el partido”, estimó el plateísta Javier Paz. Muy válido resulta suponer ese motivo para la impuntualidad “ciruja”. ¿Quién no se cruzó, camino a la cancha, con hinchas -muchos de ellos, incluso, vestidos con remeras que los identifican como de un mismo grupo-, ensayando el aliento al “Santo”?
“Nah, los hinchas son muy colgados. Esperan hasta último momento para comprar la entrada. Por eso ves las colas interminables en Nicolás Avellaneda”, opina Facundo Ibarra. Tiene razón en lo que respecta a las colas de “cirujas” en las puertas del estadio del “Trueno Verde”. Ayer fue un claro ejemplo. Y también suele verse movimiento tardío en la sede central de Pálpitos 24, en Maipú 594.
Plateas
En las plateas también se dan algunos casos de hinchas “impuntuales”, pero en menor escala. Mayormente, este sector de la cancha se muestra con muchos hinchas, bastante tiempo antes del inicio del cotejo. De todos modos, la llegada tardía de muchos plateístas podría deberse a que estos tienen asegurada su butaca, lo que los habilitaría para llegar sobre la hora. “En mi caso vengo temprano porque me gusta el clima de la cancha; ver el calentamiento de los jugadores”, dijo Ezequiel Jerez. Otros llegan temprano para evitar eventuales problemas. “Me pasó un par de ocasiones que estaba todo lleno, y había algún pícaro sentado en mi butaca que no se quería ir, aunque le mostraba el carné. Por eso empecé a venir antes, por las dudas haya uno ocupándome el asiento, que se corra a otro”, dijo Eugenio Pérez.
Sea por una cosa o sea por la otra, lo cierto es que el hincha “ciruja” llega tarde a la cita con su equipo en la Ciudadela. Finalmente, siempre llena el estadio, y alienta en forma constante. Pero no le pidan puntualidad.