El pasado lunes 12 Carolina Herrera presentó su último desfile en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA). Luego de 37 años como directora creativa, la diseñadora venezolana se despidió de su puesto en Carolina Herrera Ltd, firma que creó en 1981. Con deseos de dedicarse al ámbito familiar y comenzar una nueva etapa en su vida, la empresaria continuará en el mundo de la moda pero, ahora, como embajadora de la marca.
La transición implica un cambio generacional: el sucesor de la icónica diseñadora será Wes Gordon, de 31 años, que se unió a la empresa como consultor creativo hace apenas un año. No obstante, el sello distintivo de feminidad, elegancia atemporal y delicadeza se mantendrá en las colecciones, aseguró la compañía.
Construir un imperio
La entrada definitiva de Carolina Herrera al mundo de la confección se produjo gracias a Diana Vreeland, en ese entonces editora de Vogue USA. Íntima amiga de Carolina, Diana incentivó a la diseñadora para que, en 1980, presente su primera colección de ropa en el Metropolitan Club de Nueva York. La convocatoria del evento fue un éxito y, poco a poco, la marca comenzó a filtrar sus diseños en los armarios de la alta sociedad neoyorquina.
En 1987, con el público femenino ya cautivado por el estilo y sutileza de las prendas, la empresa se convirtió en una marca polifacética al lanzar su propia línea de perfumes. Desde entonces, los logros empresariales de Carolina Herrera impulsaron la inauguración de su primera tienda en la codiciada avenida Madison y una diversidad de pedidos de celebridades de Hollywood.
Al día de hoy, el imperio Herrera contempla: la línea prêt-à-porter de lujo bajo el nombre de “Carolina Herrera Nueva York”, una amplia gama de más de 14 fragancias, una línea especial dedicada a la confección de vestidos de novia y, desde el 2001, la colección lifestyle “CH Carolina Herrera” para la venta de accesorios y lentes de sol.
Detrás de la marca
El germen de la alta costura acompañó a María Carolina Josefina Pacanins y Niño desde la infancia. Proveniente de una familia acomodada donde las grandes boutiques francesas eran ropa de todos los días, a los 13 años Carolina asistió por primera vez a un desfile en Paris. Solo bastó con mirar la pasarela del diseñador Cristóbal Balenciaga para que la joven comenzara a delinear el estilo personal de sus prendas.
Desde su inicio, las colecciones de Carolina Herrera se caracterizaron por su especial cuidado en los detalles, cargando las prendas de sofisticación. El gran protagónico lo llevan sus vestidos de cóctel, trajes de chaqueta y, por supuesto, las camisas blancas. Un símbolo universal que se refleja en la propia imagen de la diseñadora.
Algunos de sus clientes
Los majestuosos vestidos de Carolina Herrera acompañaron a diversas celebridades en la entrega de los Premios Oscar. Entre sus clientas recurrentes se encuentran las actrices Renée Zellweger, Sarah Jessica Parker, Amy Adams y Nicole Kidman, además de cantantes del talante de Shakira y Taylor Swift.
Además la marca tuvo y sigue teniendo gran aceptación entre las primeras damas de Estados Unidos como Nancy Reagan, Jacqueline Kennedy Onassis, Laura Bush, Michelle Obama y Melania Trump e, incluso, sus diseños enamoraron a la reina Letizia de España por la sobriedad y aura profesional de las prendas.
Por otro lado, la huella del estilo Herrera permanece viva en el cine y la televisión. Carolina fue la elegida para confeccionar el vestido de casamiento de Bella Swan, personaje principal de la saga Crepúsculo representado por Kristen Stewart. También uno de sus diseños apareció en la película Sex & The City (2008), cuando Sarah Jessica Parker en el papel de Carrie Bradshaw, viste un traje nupcial para una sesión de fotos.