La querella -Alberto Lebbos y su representante Emilio Mrad- no es la única parte involucrada en el juicio por el crimen de Paulina que defendió el careo como estrategia. Ayer, en el segundo día de la audiencia, que se realiza en el Palacio de Justicia, la defensa del ex subjefe de la Policía provincial, Nicolás Barrera, acusado por encubrimiento del homicidio, manifestó su intención concretar una confrontación de posiciones pública con los otros imputados y con el propio padre de la joven asesinada en 2006.
“Estamos dispuestos a carear con Alberto Lebbos, con (el ex titular de la comisaría de Raco, Enrique) García o con quien indiquen los vocales (de la Sala III de la Cámara Penal). Venimos pidiendo el careo hace tiempo. En las actuaciones complementarias fuimos la parte que más pruebas y testigos presentó. Siempre estuvimos dispuestos a colaborar. Queremos carearnos ahora con quien sea, en el momento que sea”, expresó el abogado de Barrera, Gustavo Carlino.
En el mismo día, Lebbos ratificó la intención de concretar este procedimiento en el marco del proceso penal.
“Declararé”
El Tribunal intentaba anoche finalizar la lectura del requerimiento de elevación a juicio oral, presentado por el Ministerio Público Fiscal (MPF), con el fin de avanzar con las declaraciones de los imputados, tanto por homicidio como por encubrimiento del homicidio de Paulina.
Ante la posible concreción de esa etapa, Barrera afirmó que hará uso de ese derecho procesal. “No sólo declararé respecto de mi imputación, sino también dejaré en claro por qué me trajeron aquí, por qué querían mi presencia. Me acusaron basándose en una hipótesis conseguidas con elementos probatorios de una acción no bien intencionada de la fiscalía, que causó perjuicio a mi familia”, dijo el ex subjefe de la Policía.
“El Ministerio Público Fiscal no se esforzó por saber los motivos de mi presencia en el lugar del hecho -cuando fue hallado el cuerpo de la joven camino a Raco-. Quería saber otras cuestiones, como el llamado de Sergio Kaleñuk (entonces, directivo de Atlético), el día 26 de febrero a las siete de la mañana”, afirmó.
Barrera remarcó que durante esos días estuvo a cargo de la supervisión general del operativo de seguridad para el clásico Atlético-San Martín. En esa línea, dijo que Kaleñuk lo había llamado varias veces durante los días previos y ese fin de semana por el partido de fútbol.
“Me imputan de encubrimiento porque García había dicho que, cuando yo estaba retirándome (del lugar donde encontraron el cuerpo de Paulina), y tras la retirada del fiscal (Alejandro Noguera), le di la orden de que se atribuyera el hallazgo. Es una cuestión de locos, porque en el mismo día, antes de que llegara al lugar de noche, el secretario de Seguridad (Eduardo Di Lella) hizo una conferencia de prensa y dio la versión del rastrillaje del personal policial. Cuando llegó el fiscal, la investigación quedó en manos de él”, recreó el ex funcionario del gobierno de José Alperovich.
Antes, Barrera había dicho que García había ocultado información. “En una exposición dijo que no había recorrido esa zona porque no era su jurisdicción. Lo supo siempre; lo que pasó fue que lo ocultó. Al otro día, cuando apareció el comisario Mario Rojas, que era el jefe de Vipos, comenzó a actuar con la anuencia del fiscal en la causa. Ya trabajaban los dos”, había remarcado Barrera sobre las competencias de jurisdicciones.
“Cuando llegué, no dieron certezas siquiera de que se trataba de una mujer (por el cuerpo). No pude ver nada porque estaba oscuro. Nos alumbramos con luces de los vehículos y linternas”, finalizó.
Menor concurrencia.- En la segunda jornada se registró menor presencia de público en la sala del Palacio de Justicia, al igual que mermó el número de familiares y acompañantes de los involucrados en el juicio. Por otro lado, la Policía de la provincia y la Policía Federal mantuvieron su operativo de seguridad.
Los retos.- Carlos Caramuti, presidente de la Sala III de la Cámara Penal, advirtió en diferentes oportunidades al representante del Ministerio Público Fiscal y el abogado Gustavo Morales por retrasar el desarrollo del juicio oral por el crimen de Paulina Lebbos. Durante la tarde, el titular del Tribunal hizo un llamado de atención al fiscal, mientras que tras el cuarto intermedio de la noche, cerca de las 21.30, el magistrado retó al abogado del imputado Eduardo Di Lella por ingresar demorado a la sala.
En el mismo lugar.- Ayer se puso un final a la polémica por los pupitres de la sala. En medio del proceso oral, el presidente de la Sala III propuso que una mesa grande, mueble ocupado por el fiscal Carlos Sale, sea utilizado por los defensores. El funcionario judicial manifestó su aprobación, pero los defensores dijeron que optaban por mantener sus ubicaciones y los muebles dispuestos desde el inicio del juicio. En el primer día, los letrados habían pedido a los jueces mejores condiciones, al ver que la querella, la fiscalía y los representantes de la Provincia utilizaban mejores mesas.