La versión del forcejeo con Fernando Pastorizzo, una de las pocas que Nahir Galarza sostuvo a lo largo de sus tres declaraciones, estaría a punto de caerse cuando se cumple un mes del asesinato de su exnovio, en Gualeguaychú.
El testimonio de los amigos de la víctima respaldó la hipótesis planteada durante los primeros días por el fiscal Sergio Rondoni Caffa. En ese momento, el funcionario dijo que no habían encontrado “evidencia corporal” que demostrara que la moto iba en marcha cuando Fernando recibió el primer disparo.
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Tampoco había “roturas significativas” en la moto. Es por esto que para Rondoni Caffa, el joven de 21 años frenó en la calle General Paz o iba a baja velocidad cuando impactó el primer balazo en su espalda. Ni el cuerpo de Fernando ni el de Nahir presentaban excoriaciones producidas por una caída.
Si la moto hubiera estado en movimiento, con el primer disparo el joven hubiera perdido el control del rodado y caído al piso de una manera abrupta.
Las pericias que se hicieron en el lugar indicaron que la moto estaba apagada, sin golpes de una caída ni roturas y, aunque todos los amigos de Fernando coincidieron en que siempre manejaba su moto con el casco puesto, la víctima fue encontrada sin él, y este es otro detalle importante en la ingestigación: el casco estaba en el piso, lo que significa que la moto estaba parada cuando le dispararon.
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El casco que usaba Fernando se encontró a un metro y medio de donde quedó el cuerpo. En cambio, el casco gris que usaba la imputada, estaba al lado de la víctima. Sobre todos estos detalles tendrá que responder Nahir ante la Justicia.
La adolescente está imputada por homicidio calificado por el vínculo y agravado por el uso de arma de fuego, un delito ocurrido el 29 de diciembre en Entre Ríos por el que podría ser condenada a prisión perpetua.
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Mientras tanto, la investigación avanza con el peritaje del celular de Fernando: la Justicia pudo comprobar que Fernando estuvo en un lugar coincidente con un boliche y luego llamó a Nahir. Minutos más tarde, ambos pasaron por otra ubicación donde hay un hotel alojamiento; después, por una estación de servicio, y finalmente llegaron a la calle General Paz al 300, donde la chica lo mató de dos balazos con el arma reglamentaria de su papá policía
Además, se investiga el rol de los padres de la joven detenida, quien en su declaración afirmó que la noche que su exnovio murió habían tenido una “discusión muy fuerte” en su casa. La pregunta que se hacen los investigadores es si es posible que ninguno de sus padres se hubiera despertado o si la pelea nunca existió.