Un hecho inesperado sacudió la previa del partido entre Huracán y River. Por una amenaza de bomba, el estadio Tomás Adolfo Ducó fue desalojado y hubo dudas sobre si el choque se iba a jugar. Estaba previsto que comience a las 19.15 pero finalmente, tras una inspección de los bomberos, comenzó a las 21.15.
Desde la organización de la Superliga indicaron que hubo tres llamados al 911 de la Provincia de Buenos Aires con la amenaza. La denuncia quedó investigada por el Juzgado Federal 3 a cargo de Daniel Rafecas, Secretaría N°6, bajo la carátula de "intimidación pública". El Comisario Mayor Marot fue el encargado del operativo. Personal de Policía Científica fue convocado al lugar para revisar a las instalaciones, en las que no se encontró nada.
Los dos planteles pujaron para que el partido se juegue hoy, y el primer horario que se barajó fue el de las 20.30, pero como el personal policial debió confirmar que la amenaza de bomba era falsa, se tardó un poco más en fijar el arranque.
"Estábamos en el vestuario y nos dijeron que teníamos que desalojar el estadio. Nos sorprendió. Hay buena voluntad de todos para que se juegue, de los equipos, de la AFA y de nosotros”, contó el árbitro del encuentro, Germán Delfino, en declaraciones a los medios mientras la incertidumbre era grande.
A raíz de la amenaza, el colectivo que transportaba al plantel de River fue parado a dos cuadras del estadio y después esperó que se disipe el tumulto de los hinchas locales en la calle para entrar a la cancha. En tanto los jugadores de Huracán, que se preparaban para realizar la entrada en calor, se retiraron del estadio en un micro y los árbitros en un patrullero policial.