La escasa presencia de tucumanos sobre el escenario mayor de Cosquín se intenta compensar con los recorridos que realizan por las peñas y las plazas donde resuenan las zambas. Las fallidas negociaciones para que la provincia tenga una delegación oficial en el principal festival de folclore del país relegó a los músicos a espacios alternativos donde presentarse. Uno de ellos es “Rincón tucumano” en el club Independiente de Cosquín, donde esta noche actuará el grupo Taa Huayras.
El conjunto se presentó el año pasado en la plaza Próspero Molina, pero en esta edición no fueron elegidos para formar parte de la grilla, en la cual hay numerosos artistas emergentes de todo el país, lo que implica una fuerte apertura respecto de otras oportunidades. En cambio, Taa Huayras fue convocado a la Fiesta del Violinero, que organiza el santiagueño Néstor Garnica, y aprovecharon la invitación para organizar otras presentaciones.
El viaje les servirá además para profundizar su idea de exportar su peña -Confluencias- fuera de la provincia y llevarla a Buenos Aires o a Córdoba; tomar contacto con productores nacionales para sus giras y actuaciones; y hacer ruedas de prensa con periodistas de todo el país. Es que Cosquín es una vidriera para mostrarse y un sitio de contactos, más allá de la sucesión de recitales.
“La ausencia de tucumanos en el festival es consecuencia de la falta de interés de las autoridades del Ente Cultural en fomentar el folclore y la música tradicional -se quejó Diego Molina, el vocalista de Taa Huayras-. Los ganadores de Pre-Cosquín tuvieron que vender rifas y preguntar quién viajaba a Córdoba para que los lleven, cuando eran nuestros representantes”.
El músico consideró que la situación excede una gestión determinada, aunque hay épocas en que se agrava: “las políticas de Estado nunca fueron muy claras en cuanto a cultura, y menos al folclore. Ni en los festivales dentro de la provincia se incluye a los artistas locales o no les quieren pagar”.
“Que no haya plata para mandar una delegación pero sí para irse de capacitación a Europa demuestra que los recursos económicos no están bien administrados, que no hay una evaluación de cómo se está invirtiendo y que no existe un plan para fomentar, desarrollar y sostener los proyectos artísticos locales”, cuestionó.
Molina aseveró: “si alguien se queja, lo contratan para una actuación por $10.000 y con eso lo pretenden callar”. “Siempre vamos a correr en desventaja en la escena nacional, porque al tema lo manejan sólo entre algunos y lo hacen de manera muy poco clara. Hace años que trabajo como gestor independiente y jamás me han citado de Cultura para preguntarme algo o para proponernos un proyecto en conjunto, como sí hicieron los entes de Turismo o del Bicentenario y la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Además, tenemos que hacer 1.000 trámites e ir 200 veces para que nos den un apoyo para el festival Confluencias, que termina siendo de $5.000 cada dos años”, afirma.
De regreso de Córdoba, Taa Huayras actuará el domingo en el Festival del Caballo Cerreño, en una cartelera copada por artistas locales, en la continuidad de sus shows que ya pasaron por las fiestas de la Chacarera y del Antigal. A la semana siguiente, serán los únicos representantes de Tucumán en el Festival Nacional de la Salamanca, en La Banda (Santiago del Estero), uno de los más importantes del país y con televisación en vivo por la TV Pública.
Pese a las dificultades, Molina estará a cargo de la producción de la XXI Fiesta de los Dulces Artesanales, que se realizará el 17 y 18 de febrero en El Pichao (Colalao del Valle). “La idea es hacer que esta humilde pero auténtica fiesta tenga mayor presencia en el mapa nacional, apoyar el turismo en la región vallista y difundir a los artistas y productores de la zona”, destacó.