El represor argentino Miguel Etchecolatz, a quien la justicia le otorgó semanas atrás el beneficio del arresto domiciliario por razones de salud, fue visto saliendo de su casa en la ciudad de Mar del Plata, a unos 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Etchecolatz, de 88 años, fue fotografiado cuando era subido por tres hombres a una camioneta estacionada en la puerta de su vivienda, publicó el portal de noticias "Diario Registrado".
Según dijeron testigos, el represor no llevaba esposas ni era custodiado por agentes de seguridad, al menos identificados formalmente, apuntó DPA.
"Diario Registrado" indicó que el represor fue llevado a una clínica médica de Mar del Plata, de la que regresó dos horas después a su vivienda.
"No se dieron a conocer detalles sobre la autorización (judicial) del traslado y tampoco sobre los motivos de por qué requirió atención médica fuera de su prisión domiciliaria", agregó el portal.
Tras pasar más de diez años en la cárcel, un tribunal concedió a Etchecolatz el pasado 27 de diciembre el beneficio del arresto domiciliario en su vivienda de Mar del Plata, principal balneario turístico del país.
Etchecolatz es uno de los represores más reconocidos de la última dictadura militar argentina (1976-1983), condenado en varias ocasiones a penas de prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.
La fotografía de Etchecolatz saliendo de su vivienda se conoció horas después de que el jefe de la bancada de diputados de la coalición de gobierno Cambiemos, Nicolás Massot, planteara la necesidad, en su opinión, de que Argentina logre una "reconciliación" entre víctimas y victimarios de la violencia política de los años 70 y los delitos perpetrados durante la última dictadura militar en Argentina.
"Creo que con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación. El desafío es superar ese capítulo con mayúscula, que implica no sólo memoria, justicia y verdad. Es también perdón", dijo Massot al diario "Clarín".
Las afirmaciones del diputado fueron criticadas por dirigentes de la oposición y de los organismos defensores de derechos humanos.
"No hay olvido, perdón ni reconciliación. Justicia significa cárcel a los asesinos, torturadores y apropiadores de bebés", opinó Nora Cortiñas, de la asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
La justicia argentina investigó años atrás a Vicente Massot, tío del jefe de la bancada de Cambiemos, ante la sospecha de que había participado en 1976, entre otros delitos, en el secuestro y asesinato de dos trabajadores del diario familiar "La Nueva Provincia", de la ciudad de Bahía Blanca, al sur de Buenos Aires.
En 2015, sin embargo, juez lo desligó del caso tras considerar que no había pruebas para sostener la acusación.
La violenta actuación de la última dictadura militar argentina dejó unos 30.000 desaparecidos, según estimaciones de organizaciones de derechos humanos.