“¿Señor Monzón? Creo que lo están esperando en la Dirección del hospital”, le dice un empleado, con la máxima gentileza. No se dirige a un alto funcionario ni un ídolo popular, sino a quien detenta la condición de haber salvado una vida. ¿Hay un calificativo? ¿Héroe? ¿Simplemente humano? Según Walter Monzón, él es únicamente un padre. “Yo también tengo hijos. En lo único que pude pensar en ese momento fue en esa criaturita y en las mías”, contesta. Y no trata de ocultar que se siente orgulloso, de lo que hizo y de todo lo que vino después.
Walter tiene 32 años, 13 hermanos y una hermana. Camuflados entre bolsas de azúcar en los vagones de un tren carguero, él, sus padres y sus hermanos llegaron a Tucumán a fines de los 90, escapando del hambre del Chaco. “No sabíamos lo que era un par de zapatillas, ni ropa de abrigo en invierno. Dormíamos todos amontonados para darnos calor... Y el más débil, perdía, se moría de frío”, cuenta.
Durante estos 20 años instalado en Tucumán, Walter armó su propia familia. Tiene tres hijos, viven en Concepción y se gana la vida como jardinero. También ha tenido y tiene problemas con la ley: surfeó los Tribunales en varias ocasiones con causas por hurto, lesiones agravadas, amenazas y violencia doméstica.
El jueves pasado, mientras caminaba rumbo al trabajo por la pasarela del viejo puente carretero en la entrada a Concepción, vio que una nena se estaba ahogando en el río Gastona y se largó a rescatarla. En esa caída libre de 15 metros de altura (como largarse de un quinto piso), Walter, el changarín del frondoso prontuario, se convirtió en el más impensado de los héroes.
“Me tiré, no lo pensé”
“No... No sabía ni la profundidad, ni si había piedras... Yo me tiré. No lo pensé. Creo que es algo que podría haber hecho cualquiera. Dios habla de proteger a nuestros menores...” No, no lo pensó. Tampoco se acordó de que en ese mismo puente sobre el Gastona encontraron el cuerpo colgado de uno de sus hermanos, un supuesto suicidio con indicios de que había ocurrido algo mucho peor. Y no recordó que abajo del puente, al borde del río, había protagonizado la pelea que derivó en la muerte de Héctor Rolando Zelarayán, en 2005.
En el preciso momento en el que Walter, sin capa y sin ningún superpoder, se largaba al Gastona para salvar a Tanya, de 7 años, pasaba por el puente en su camioneta Natalio Danzo. Él pensó que era alguien que se había suicidado. Vio la desmalezadora de Walter apoyada sobre el puente y a dos niños muertos de miedo mirando hacia abajo, hasta que se dio cuenta de que se trataba de un rescate. Lo esperó a que saliera del río para ayudar. Danzo fue el primero en llamarlo “héroe”.
“Yo lo estaba llevando a su trabajo, estábamos a varios kilómetros, y mientras manejaba, me cayó la ficha. ‘Vos sos un héroe’, le dije. Es que, en verdad, lo que hizo no lo hace cualquiera. A mí me sacudió verlo. No es que me lo contaron. Vi todo. Y no es exagerado lo que digo, porque si se demoraba tres minutos, si bajaba caminando al río, la nena se moría”, sostiene este cordobés afincado en Monteros desde 2011.
Video: qué le dijo Macri al tucumano que saltó de un puente para rescatar a una niña en el Gastona
Conmovido por lo que había visto, Danzo publicó en Facebook la historia de Monzón, el salto heroico y la nena. A las dos horas era un fenómeno viral y a Danzo no le alcanzaban las manos para responder mensajes de gente que lo felicitaba, que le ofrecía cosas y que preguntaba qué necesitaba.
“Walter necesitaba tres cosas: un celular para estar comunicado, la operación de una de sus rodillas que tiene destruida y un trabajo más formal. El celular ya lo consiguió, un vecino de Monteros le compró uno nuevo. Lo de la operación está en proceso y lo del trabajo, lo veremos”, contó. Ayer, Danzo acompañó a Walter hasta el hospital Padilla para que le hicieran los estudios de la rodilla. A partir de la historia que recorrió todo el país, varios médicos se solidarizaron y le allanaron el camino para que consiga concretar una cirugía que tiene postergada desde hace varios años.
Pero junto con la solidaridad, también aparecieron los fantasmas del pasado de Walter. Entre los mensajes de aliento, también se cuelan algunos de desprecio, principalmente de los allegados de Lucas Abregú, un policía federal que murió baleado el 2 de enero de 2017 cuando intentaba evitar que asaltaran a su novia. En ese caso también estuvo comprometido Walter, al menos en un principio, aunque luego quedó libre cuando se comprobó que del hecho había participado, en realidad, uno de sus hermanos, a quien también apodan “El Chaqueño” Monzón.
“Por la causa de la pelea estuve preso dos años en Concepción y seis meses en Villa Urquiza. En medio de la pelea, Zelarayán terminó con una puñalada en la panza y murió varios días después, porque cuando lo operaron le dejaron una gasa adentro. Por esa causa no le debo nada a nadie”, asevera. “Y con lo de Abregú, se comprobó que yo ni siquiera estuve ahí. Yo no pongo las manos en el fuego por nadie, sólo por mis hijos, lo que haga mi hermano es cosa de él. Pero yo estoy a total disposición de la familia Abregú y de la Justicia por ese caso”.
Puertas que se abren
A Walter lo paran en la calle para saludarlo. Es una suerte de Gauchito Gil en vida. La gente quiere tocarlo, charlar con él, felicitarlo y agradecerle la buena obra. “Usted... usted es el hombre que se tiró del puente para rescatar a esa nena... Lo felicito”, le dijo una mujer y luego le pidió una selfie a la salida del Padilla. En el hospital también lo atendieron con privilegios de héroe: primero le habían dicho que una de las máquinas estaba rota y que para un estudio debía sacar turno de acá a varios meses. Pero cuando en la recepción recibieron un llamado de alguna autoridad, las puertas se abrieron como por arte de magia. “Hubiera dicho que es el que se tiró del puente”, le dijo una de las recepcionistas.
Aunque ese acto reflejo que salvó una vida hace una semana no borre sus disputas legales, Walter se ha convertido en una estampita inspiradora.
“Te habla Mauricio Macri”
“Estaba cortando el pasto en una casa cuando me sonó el teléfono. Me imaginé que me llamaban para un trabajo, pero del otro lado me dicen que era el presidente Macri. Yo pensaba que era una broma de un amigo”, cuenta Walter Monzón. Además de la felicitación presidencial, Walter recibió un regalo de un comerciante marplatense: unas minivacaciones en “La Feliz” para él y para su familia, con traslado, alojamiento y gastos pagos. Allí les entregarán útiles escolares para los tres hijos de Monzón.
La nena: llamativa situación tras sacarla del agua
De la nena que Walter Monzón rescató de las aguas del Gastona se sabe que se llama Tanya, que tiene siete años y que vive en un barrio cercano al río. Ella caminaba con otros niños por la pasarela peatonal del puente carretero y cayó al vacío por el mal estado del puente, al que le faltan baldosas, por lo que quedan peligrosos huecos.
“Cuando la saca, yo la quería llevar al hospital para que la revisaran, porque la nena lloraba muchísimo. Se había golpeado fuerte la cabeza y la espalda con el puente. Pero vinieron otras personas del barrio y se la querían llevar a toda costa. Justo pasaba una camioneta de la Comuna y ellos se encargaron. Yo me encargué de verlo a Walter”, relató Natalio Danzo.
El “manager”; Natalio Danzo, el cordobés que hizo viral la historia de Walter Monzón
Fue una semana intensa para Natalio Danzo, el empresario transportista que vio el momento en el que Walter Monzón saltó del puente para rescatar a la nena que se ahogaba en el río Gastona. Danzo fue el responsable de la primera publicación, con foto y todo, de la historia que había presenciado y que a las pocas horas se hizo viral. “Desde ese día y hasta ayer pasé varias horas respondiendo mensajes. Fueron miles de mensajes, en su mayoría de felicitaciones y ofrecimientos para Walter. Él está un poco peleado con la tecnología, así que lo ayudo con eso. También con los trámites que tiene que hacer para operarse, porque no tiene mucha experiencia con estas cosas. Yo quiero que lo operen y también saber la verdad sobre las causas judiciales que lo persiguen. No conozco su historia, pero lo único que sé es que lo que hizo no lo hace cualquiera”, le dijo Danzo a LA GACETA. El cordobés se tomó ayer el día para acompañar a Walter en los estudios médicos que debe hacerse (foto). De alguna manera, se ha convertido en el “manager” de este nuevo e inesperado héroe popular, con quien comparte el hecho de haber venido de otra provincia a instalarse a Tucumán. Danzo está afincado con su esposa y su único hijo en Monteros. “A mí me interesa ayudarlo porque realmente lo que vi me conmovió, me movilizó muchísimo. Yo creo que lo mínimo que podemos hacer es darle una mano”, resumió.