SANTIAGO DE CHILE.- El papa Francisco llegó ayer a Chile en el marco de una visita de tres días en los que estará en la capital, Santiago de Chile, y en las ciudades de Temuco e Iquique, tras lo cual seguirá el jueves a Perú, en su sexta gira por América Latina.

El avión de Alitalia aterrizó a las 19.14 en el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez de Santiago, donde el pontífice fue aguardado por la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a los pies de la escalerilla de la aeronave que lo traía desde Roma.

Tras los saludos protocolares, donde no se pronunciaron discursos, el papa argentino se dirigió en un automóvil cerrado hasta la parroquia San Luis Beltrán, enclavada en la popular comuna de Pudahuel, al este de Santiago.

En el templo descansan los restos del obispo Enrique Alvear, fallecido en 1982 y conocido como “el cura de los pobres” y un ardiente defensor de los derechos humanos durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

Tras visitar la tumba del obispo chileno, su santidad siguió en el automóvil y más adelante se cambió al papamóvil descubierto para dirigirse por la Alameda Bernardo O’Higgins, la principal de Santiago, hasta la avenida Providencia, donde se ubica la Nunciatura Apostólica, la que a partir anoche será su residencia durante los tres días en el país. En el trayecto de unos siete kilómetros, algunas miles de personas se apostaron desde varias horas antes en las calles portando banderas y carteles para saludar al papa argentino, que respondía las muestras de afecto alzando su mano derecha.

El sumo pontífice, el primer papa latinoamericano, cumplirá hoy una serie de actividades, incluidos un saludo a las autoridades del país, un segundo encuentro con la presidenta socialista Michelle Bachelet (próxima a dejar el cargo), y una misa en el amplio Parque O’Higgins, uno de los “pulmones verdes” de la capital.

El papa llega en un momento de graves cuestionamientos a la Iglesia local debido a denuncias de abusos sexuales contra menores cometidos por miembros del clero y presuntamente ocultados por la jerarquía eclesiástica chilena.

Medidas de seguridad

Por otro lado, la gira pastoral se realiza bajo estrictas medidas de seguridad. Unos 18.000 carabineros (la policía uniformada) tendrá a su cargo la vigilancia, a la que se sumarán 20 aeronaves y siete drones que velarán por el orden público, según informó la policía.

Las medidas se han extremado luego de la serie de atentados incendiarios que han afectado a templos católicos de la capital Santiago de Chile. En la madrugada del domingo desconocidos atentaron contra la Iglesia San Agustín, ubicada en la localidad de Melipilla, unos 70 kilómetros al este de la capital. El ataque, el sexto contra templos católicos en tres días, no dejó victimas ni daños estructurales, según confirmó la policía.

Los atacantes pintaron leyendas en la acera en las que se leía: “la única iglesia que ilumina es la que arde, es la que está en llamas. El papa no”.

El viernes, tres parroquias capitalinas resultaron dañadas, mientras que en otras dos los atacantes vieron frustradas sus intenciones. En algunos de los templos quedaron panfletos amenazantes hacia el papa en los que se leía: “Francisco, las próximas bombas serán en tu sotana”. El papa se desplazará también hasta la ciudad de Temuco, ubicada en el sur del país, en la zona de la Araucanía, una región marcada por fuertes tensiones derivadas de demandas de las comunidades mapuches. (DPA)

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