Bajo la tropical y torrencial lluvia que cayó sobre la capital ayer a la siesta, Andrés Lamas hizo su entrada al Central Tucumano del Abasto. Se mojó un poco hasta llegar al hotel Hilton, ubicado en el corazón del predio del ex mercado, pero finalmente cruzó la puerta. Lo habían ido a buscar al aeropuerto los dirigentes Miguel Abbondándolo y Rubén Gultemirián y en el hotel lo esperaba Silvio Nava, tras el aterrizaje del segundo de los vuelos que tomó ayer por la mañana. El primero fue de Montevideo a Buenos Aires. Pero a pesar de todo ese trajín y el clima que lo recibió en la provincia, al defensor central no se le podía borrar la sonrisa de la cara. Es que estaba a punto de cumplir un sueño.
“Así como cualquier niño mira la liga española, en Uruguay miramos el fútbol argentino. Es un fútbol con todos los condimentos, los buenos y los malos. Así siempre lo imaginé de chico. Soñaba con jugar aquí y estoy por cumplir ese sueño”, fueron las primeras palabras del jugador que viene de Defensor Sporting de Uruguay.
La admiración por el fútbol argentino fue un factor clave para concretar la transferencia que quedó rubricada en un contrato de 18 meses con el club. Sin embargo, que sea Atlético el que lo haya ido a buscar también jugó su papel. “Estoy contento porque este es un lindo desafío para mí. Llegar al fútbol argentino, tener una experiencia así... Todos sabemos lo que significa la liga argentina y además, llegar a un equipo que tiene una ciudad entera atrás suyo es muchísimo”, explicó el zaguero de 33 años.
Todos, piropos importantes sobre todo, viniendo de un jugador que jugó varios años en el fútbol europeo (liga española y turca) y buena parte del sudamericano (Uruguay y Ecuador). Por supuesto, el hecho de que el “Decano” esté participando de la edición 2018 de la Copa Libertadores también fue una herramienta de seducción. “La Copa es muy importante. Es una instancia en la que cualquier jugador querría estar todos los años de su carrera”, reconoció.
Lo extraño es que Defensor Sporting también jugará la Copa este año, pero la oferta de Atlético, más el fútbol argentino era superadora. “Dejé cosas lindas allá (en Uruguay) porque es mi club de toda la vida (Defensor) y también juega la Copa, pero creo que esta es una oportunidad para crecer y me vine convencido de que va a ser una linda etapa”.
Por último, la cuarta pata que ayudó a parar al uruguayo en la defensa central de Atlético fueron las referencias. Ex compañero de Ismael Blanco en Barcelona de Guayaquil, de Gonzalo Freitas en Liverpool (Uruguay) y conocido de sus compatriotas Mauricio Affonso y Rafael García (con compartiría la zaga), supo guiarse hasta Tucumán.
“Le pregunté cantidad de cosas sobre el club y me contestaron todo positivamente. Me dijeron ‘dale, dejá de joder y vení’”, contó. Y aquí está. Listo para cumplir su sueño.