Alexandra Alper - Agencia Reuters

UYUNI, Bolivia.- Bolivia espera que el auge en la demanda mundial de litio atraiga a inversores extranjeros al país donde casi una década de desarrollo liderado por el Estado ha sido insuficiente para alcanzar sus objetivos para el metal, que se usa para producir baterías tanto para computadoras como para autos eléctricos. El país sudamericano tiene casi un cuarto de los recursos de litio del mundo y aun así su producción está muy lejos de las de sus vecinos Chile y Argentina.

Bolivia espera firmar un acuerdo con al menos un socio extranjero para invertir hasta U$S 750 millones en fábricas para satisfacer la creciente demanda de China y de otros países por baterías de litio. El país está impaciente por monetizar la creciente demanda por litio. Expertos dicen que los precios al contado por tonelada del metal se han más que duplicado a U$S 25.000, desde menos de U$S 10.000 en 2015. La lluvia y otros desafíos naturales, junto con complicaciones en la ejecución de proyectos, han obstaculizado las operaciones estatales. Empresas extranjeras con más experiencia podrían verse disuadidas por el Gobierno de izquierda del presidente Evo Morales, cuyas políticas intervencionistas en otros sectores han molestado a grandes corporaciones y han hecho que otras empresas sean renuentes a invertir en el futuro, según dijeron los analistas.

Bolivia esperaba que su proyecto en Uyuni, el salar más grande del mundo, produjese 40 toneladas por mes de carbonato de litio para 2011. Nueve años y U$S 450 millones después, el proyecto está produciendo solo 10 toneladas por mes. En el resto del triángulo del litio de Sudamérica, Chile produce 70.000 toneladas por año y Argentina 30.000. La producción global total es de unas 230.000 toneladas. Bolivia vendió exportaciones a precios muy por debajo del mercado, según admitió un empleado de la estatal de litio YLB, para asegurar participación.

El presidente ejecutivo de YLB, Juan Carlos Montenegro, rechazó las preocupaciones sobre la lenta producción. “Esa crítica no nos mella y no nos interesa. Lo importante para nosotros son los resultados. Y los resultados que tendremos de manera realmente muy importante los vamos a ver el próximo año 2018 y 2019”, dijo Montenegro.

Según el directivo de YLB, Bolivia está conversando con posibles socios, que espera inviertan hasta U$S 750 millones. Montenegro no quiso mencionar quiénes eran sus interlocutores, pero dijo que podría alcanzar un acuerdo este mes por el 49% de participación en una gran expansión que podría incluir hasta siete nuevas plantas para cátodos, baterías y más.

En enero vence el plazo para la presentación de ofertas para construir una planta industrial de carbonato de litio diseñada por la empresa alemana K-UTEC. La instalación, que se esperaba que produjera 30.000 toneladas por año en 2017, ahora genera expectativas de la mitad para 2019.

Sin embargo, los analistas dudan de que los gigantes del sector como Albemarle Corp y la chilena SQM vayan a arriesgar capital en Bolivia, donde Morales expropió una serie de activos extranjeros desde que tomó el poder en el 2006.

Empresas extranjeras con el conocimiento adecuado, incluyendo una de Corea, rechazaron la oportunidad de operar en Bolivia, dijo Robert Baylis, director de la consultora Roskill Information Services Ltd. “Sintieron o el riesgo de que serían nacionalizados o que enfrentarían muchos problemas”, dijo, y agregó que nadie completó aún ningún estudio que pruebe que los recursos bolivianos pueden ser explotados económicamente.