La Cámara de Diputados aprobó esta madrugada el proyecto de reforma tributaria, que contempla una discusión de ganancias para las empresas que reinviertan sus dividendos, grava la renta financiera, y disminuye en forma gradual los aportes patronales, con el fin de poder disminuir la presión tributaria de manera gradual en un plazo de cinco años.
Esta iniciativa, que comprende 319 artículos, forma parte del paquete de iniciativas económicas impulsadas entre el Gobierno y los mandatarios provinciales, que está integrado por el Pacto Fiscal, el consenso fiscal, el Presupuesto 2018 y la reforma previsional que ayer se convirtió en ley en Diputados.
Después de la 1, se sometió a votación el proyecto y fue aprobado por 146 votos a favor, 77 negativos y 18 abstenciones.
Uno de los puntos centrales del Pacto Fiscal, acordado entre el Poder Ejecutivo y los mandatarios provinciales, prevé la eliminación de Fondo del Conurbano y de la asignación específica para la Anses, que será solventado de aquí en más por los ingresos generados a través del denominado impuesto al cheque. El acuerdo fiscal y el consenso fiscal para bajar la presión tributaria ya fueron aprobados por el Senado y serán convertidos mañana en ley. A esto se suma la media sanción del proyecto de Presupuesto 2018, para que la Cámara Alta lo convierta en ley la próxima semana. Con la reforma se busca incentivar la inversión empresaria, al establecer la rebaja en las alícuotas del 35% al 25% para las empresas que reinviertan sus ganancias, gravar la renta financiera y aumentar impuestos internos a la cerveza y el cigarrillo, entre otras cuestiones.
La idea de la Casa Rosada es que, tanto la reforma tributaria nacional como las reformas tributarias provinciales se implementen en entre uno y cinco años, en una suerte de gradualismo fiscal.
Según la exposición que hizo el Ministerio de Hacienda en el gabinete nacional, el esquema tributario actual desincentiva la inversión. “El aumento de la inversión es indispensable para crecer en forma sostenida y generar empleo de calidad”, argumenta el equipo que lidera el ministro Nicolás Dujovne. En esa línea, uno de los puntos de la reforma es la reducción de la imposición sobre las ganancias no distribuidas. La intención es bajar gradualmente la alícuota del impuesto a las ganancias del 35% al 25% para Ganancias que no se distribuyan. Las ganancias de las empresas estarán alcanzadas por la alícuota del 25%. Se aplicará un impuesto adicional sobre los dividendos o utilidades distribuidas para completar el 35% de carga total, sostiene el proyecto. Además, se establecen presunciones para impedir distribuciones de utilidades encubiertas: por ejemplo gastos personales de socios o accionistas pagados por la sociedad. “Todo esto incentivará a las empresas a reinvertir sus utilidades”, acota el área de Hacienda.
Asimismo, se implementa un régimen que devuelve el crédito fiscal de IVA a las empresas que hayan realizado inversiones y no lo hayan recuperado en un lapso de seis meses. En el Gobierno explican que, en el sistema actual, quien invierte puede tener que esperar mucho tiempo para recuperar su crédito fiscal de IVA por la inversión realizada. Esto incrementa el costo financiero de invertir y desincentiva la inversión. “El nuevo régimen fomenta la inversión al reducir el costo financiero de los proyectos”, sostienen.
Otro de los principales puntos de proyecto es la derogación del Fondo del Conurbano -que se solventaba con el 10% de Ganancias- y la distribución del 20% de Ganancias que se derivaba a la Anses entre las provincias y Nación por el sistema de Coparticipación, en tanto que el sistema previsional se financiará con la totalidad de la recaudación del impuesto al cheque.
Además, se impulsa la exención del impuesto a las Ganancias para los inversores no residentes, salvo en el caso de Lebac. También, las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de $ 12.000 para 2022, en una escala que comienza el año próximo con $ 2.400, prosigue en 2019 con $ 4.800, en 2020 con $ 7.200 y en 2021 con $ 9.600.
Partiendo de la situación actual, sin cambios en la economía, la reforma tributaria tendría un costo para la Nación de 1,5 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) al cabo del quinto año. Esto es adicional a los 2 puntos del PBI de reducción en la presión tributaria que tuvo lugar desde 2016 (eliminación de retenciones, ganancias, ley PyME, etc.) y a la baja del impuesto inflacionario a partir de este año, explican desde el Ejecutivo.
Según los funcionarios de Macri, con la reforma bajará la evasión y crecerá más rápido la economía (en 0,5% del PBI adicional por año durante al menos un lustro). Con este escenario la reforma le costará al Tesoro nacional sólo 0,3% del PBI, a la vez que aumentarán los recursos coparticipados a las provincias.
Renta financiera
La decisión de gravar con Ganancias otros activos financieros
La reforma tributaria impulsada por el Gobierno extiende a otros activos financieros el impuesto a las Ganancias por rentas obtenidas por las personas humanas (hasta hoy exentas). En otras palabras, el Ejecutivo ha dispuesto gravar la renta financiera, como una manera de contribuir a la equidad del sistema impositivo. A criterio del Ministerio de Hacienda, los países desarrollados gravan estas rentas. De los seis países más grandes de Latinoamérica, la Argentina es el único que no grava las rentas financieras de las personas humanas. La alícuota será del 15% para rendimientos provenientes de instrumentos en moneda extranjera o indexados y otras rentas financieras.
Concesiones
La polémica por los impuestos internos
El Gobierno nacional tuvo que cambiar varios aspectos del proyecto original. Particularmente, los vinculados a los impuestos internos. En el caso de la electrónica no se reducen a cero por presión de Tierra del Fuego; pero sí se negoció un esquema gradual de reducción de tributos y congelamiento de salarios por dos años. Otro arreglo vinculó a las provincias productoras de vino. Fue uno de los primeros anuncios de la Casa Rosada, el de no tocar la carga fiscal a vinos y espumantes. Finalmente, el Gobierno de Tucumán, parlamentarios nacionales, los industriales azucareros y los empresarios de gaseosas reclamaron sostener la alícuota del 8% sobre las bebidas azucaradas, un planteo que fue atendido por el Gobierno nacional, que pretendía llevarla al 17%.
Otro foco de polémica
Indemnizaciones por despidos vs Ganancias
Una parte de las indemnizaciones por despido y acuerdos de finalización de la relación laboral, como así también los retiros voluntarios, pasaría a pagar el impuesto a las Ganancias, de acuerdo a un cambio de último momento realizado al proyecto del Ejecutivo. Esto inquieta al sector empresario, debido el posible “encarecimiento” de los despidos, consignó el Cronista.com. Los hombres de negocios creen que, de aprobarse, la reformulación “se va a judicializar”. Al imponer Ganancias a la parte de la indemnizacion que exceda lo establecido por ley para un despido, esos acuerdos se encarecerían, o bien porque el trabajador terminaría cobrando menos en mano o bien porque para que cobre lo mismo la empresa debería pagar más para cubrir la parte que se llevaría el fisco.
Cotización
El dólar sigue en alza y volvió a alcanzar los $18 en los principales bancos locales
El dólar minorista cerró ayer en alza, a $ 18 en cuatro de los principales bancos de la city porteña, si bien el promedio del sistema quedó levemente por debajo, en $ 17,95. Los operadores explican que la suba se debe a una cobertura de inversores minoristas e institucionales que alimentan diariamente la demanda genuina. De hecho, los analistas de mercado comenzaron a recomendar a sus clientes una dolarización de carteras más allá de que las tasas de Lebac sigan mostrando un resultado altamente atractivo. Los bancos que cerraron en $ 18 fueron Galicia, ICBC, Santander e Itaú. En contraposición, el valor más bajo de la jornada se verificó en el Banco Nación, en $ 17,87 para la venta electrónica y $ 17,90 a nivel mostrador. Con este precio la divisa estadounidense alcanzó su nivel máximo desde el 30 de octubre pasado cuando se ubicó en $ 17,96.