Ya lo anunciaba temprano Víctor Rubén, en la esquina de San Martín y 25 de Mayo. “Si no gana, la gente vendrá lo mismo”, decía. El vaticinio del vendedor de gorritos de Atlético se cumplió y no sorprende porque el “Decano” vivió un año inolvidable y difícilmente la derrota ante River borre todo lo que logró; puede seguir festejando. Y fue por esa estela de alegría que porta los fanáticos que en la plaza Independencia se vivió una situación inédita.
“Nunca se juntaron dos hinchadas diferentes”, confirman a coro los tres policías a cargo del operativo de seguridad. Cuando cualquier mortal pensó que esa plaza “las vivió a todas”, el fútbol le escribió una página histórica. La foto que ilustrará el enésimo hecho mostrará que los hinchas de River cantaron, saltaron, bailaron y brindaron más cerca de calle 24 de Septiembre. Para el lado de la San Martín, adueñándose de la mejor posición con la mayor parte de la Casa de Gobierno como fondo de la foto- hicieron lo mismo los simpatizantes de Atlético. “Primera vez que me pasa de cruzarme con otra hinchada”, afirmó Damián Frías. “Pero ellos son Atlético y nosotros River, somos muy diferentes”, agregó en referencia al historial “copero”, muy superior de su equipo. Pero si de presente inmediato se trataba, en ese momento de la noche tucumana, fueron distintos porque los “Millonarios” eran menos. Es lógico, más si se toman las palabras de Jessica Urzagasti. “Somos Tucumán”, dijo casi como una invitación a todos sus comprovincianos para unirse al festejo.
“El festejo es entre nosotros, es parejo. Eso es lindo porque las hinchadas no se cruzan”, comentó Esteban Paz. Fabricio Cosentino, con su pequeño hijo Lorenzo en los hombros, se fue de la plaza con una sensación que le quedó a más de uno. “Tiene que volver la hinchada visitante a las canchas”, opinó. Como en el “Malvinas Argentinas” mendocino, en la plaza Independencia las hinchadas rivales festejaron, y nada más.