Por César Chelala - Para LA GACETA - Moscú

Los años del comunismo han dejado su huella en el carácter de muchos rusos. Parecen introspectivos y desilusionados, tal vez debido a la falta de ciertas libertades personales en la época de la Unión Soviética, una situación que también observé en Armenia hace varios años.

Como algunos jóvenes armenios me dijeron en ese momento, y como me contaron varios amigos rusos, durante los años de la Unión Soviética, aunque sus necesidades básicas estaban cubiertas, había una enorme coacción para no ser diferente y creativo, dando así a las personas un sentido de opresión que eventualmente influyó en su carácter.

Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, Rusia pasó por un período de gran fermento político y social.

Angela Sem, una joven rusa que ahora vive en Nueva York, me dijo: “Después de la destrucción de la Unión Soviética hubo un período de confusión, de falta de reglas y de falta de ética empresarial en el que las personas con una fuerte iniciativa personal aprovecharon la situación para comenzar a construir grandes fortunas. Las personas cercanas al poder fueron obviamente las más favorecidas”.

El resultado es que hoy en día Rusia se está convirtiendo en una sociedad “bipolar”, en la que una pequeña minoría posee una enorme riqueza y la gran mayoría de la población pertenece a la clase media o clase media baja.

Rusia potencia

La economía rusa es la novena más grande del mundo. Su vasto territorio –que incluye 11 husos horarios- contiene enormes cantidades de valiosos recursos naturales. Los montes Urales están colmados de minerales, gas y reservas de petróleo, y hay mucho carbón y madera en Siberia y en el Lejano Oriente de Rusia.

Sin embargo, la mayoría de estas reservas se encuentran en regiones remotas y hostiles lejos de los puertos, una situación que hace que su explotación sea muy costosa y exija una gran inversión de capital. Además, la corrupción generalizada y la falta de inversión en infraestructura afectan negativamente a la economía.

El petróleo y el gas siguen siendo las principales exportaciones del país, lo que hace que Rusia sea muy vulnerable a los precios mundiales de energía, como lo demuestran las recientes y dramáticas disminuciones del precio del petróleo.

Un enigma llamado Putin

Vladimir Putin, oficial de la agencia KGB de la inteligencia rusa por 16 años, ascendió al poder al desintegrarse la Unión Soviética y el Partido Comunista.

En el Siglo XIX, Fyodor Tyutchev, considerado uno de los últimos grandes poetas románticos rusos, escribió sobre la dificultad de captar adecuadamente el alma rusa.

Esta dificultad de comprensión se aplica particularmente a Vladimir Putin, una de las personalidades más enigmáticas de su país.

En Rusia, las palabras y los símbolos son más importantes que la realidad. Putin, como presidente o como primer ministro, ha tratado repetidamente de usar símbolos para obtener apoyo para sus políticas. Uno de estos símbolos ha sido la idea de Rusia como una fortaleza aislada, rodeada de enemigos poderosos, particularmente los Estados Unidos.

Mucha gente cree que, aunque siempre ha habido corrupción en Rusia, nunca ha sido tan grande como ahora. Este sentimiento se ve agravado por las maniobras de Putin para mantenerse en el poder indefinidamente.

El futuro

Desde que asumió el poder, Putin ha exacerbado los aspectos negativos de su régimen: la consolidación del poder, el control estricto de los medios y la economía, la manipulación electoral y la persecución de quienes se oponen a su régimen. Sin embargo, el ha ganado popularidad después de la anexión de Crimea y su apoyo a los rusos étnicos que viven en Ucrania.

La sociedad rusa, orgullosa de su pasado, está más ansiosa que nunca por expresar libremente sus deseos políticos y prosperar en una atmósfera de paz y tranquilidad. Dadas estas circunstancias, es imposible predecir con certeza la dirección que tomarán los eventos. Sin embargo, es evidente que los líderes rusos enfrentan una amplia y compleja gama de problemas. La forma en que respondan a estos desafíos determinará el país en que Rusia se convertirá en el futuro.

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César Chelala - Periodista, ganador de un premio Overseas Press Club of America y dos premios nacionales de periodismo de Argentina.