Celebrar licitaciones públicas y no acrecentar la planta de personal. Esas son dos de las estrategias que usó San Miguel de Tucumán para controlar el gasto público, según el Secretario de Gobierno capitalino, Walter Berarducci. “La premisa del intendente (Germán Alfaro) es gastar lo justo y necesario”, afirmó el funcionario.
“Compartimos los conceptos de la iniciativa del Presidente sobre la responsabilidad fiscal. Como fue firmado por la mayoría de las provincias, es ya una política de Estado. Hace mucho tiempo que no había una coincidencia institucional y política así y lo aplaudimos”, valoró. Berarducci afirmó que el Municipio funciona con austeridad y responsabilidad, sobre todo, porque se encuentran fuera del llamado “Pacto Social” (mecanismo financiero mediante el que los municipios ceden recursos federales a cambio de que la Provincia pague sus sueldos). “Implica vivir de lo que ingresa. El Estado debe hacer el control preventivo y posterior. Implementamos la licitación pública que garantiza la concurrencia de oferentes, una puja y disminución en el precio. Además, la planta de personal no se incrementó, disminuyó, pese a que cada vez queremos brindar más y mejores servicios”, aseveró.
Añadió que el veto parcial que Alfaro interpuso al Presupuesto aprobado por el Concejo (“era desmedido e irracional”, dijo) es uno de los síntomas de que cuidan el gasto público de los capitalinos.