Abogados y familiares de presos dicen que pueden contar en primera persona lo que sucede detrás de los muros del penal de Villa Urquiza. Son ellos los que tienen una percepción directa de lo que ocurre dentro de los pabellones y los oscuros pasillos de la cárcel, ya que asisten todas las semanas a la vetusta construcción de calle México y Marco Avellaneda para visitar a un pariente o para entrevistarse con un cliente. LA GACETA dialogó con ellos para conocer su mirada sobre la situación actual de los reos, después de que uno de ellos fuera asesinado, porque había denunciado la venta de estupefacientes y acusado a personal del Servicio Penitenciario.
“A la droga la hacen pasar los guardiacárceles; eso lo saben las autoridades”, asegura O.A.H. (las identidades de los entrevistados se mantienen en reserva), esposa de un interno que cumple una condena por robo. “Una vez adentro, los estupefacientes son distribuidos en las diferentes unidades. El guardia busca a sus ‘soldados’, igual que pasa afuera. Tienen a los ‘cabeza de fierro’ (presos a su servicio) y ahí comienzan la distribución y el consumo. A veces, los presos les sacan droga al fiado y si después los familiares no tienen dinero para que paguen esas deudas, entonces les pegan o los matan”, aseguró la mujer.
El preso asesinado advirtió por carta que iban a matarlo
E.Y.A. es hermana de un interno y responsabilizó directamente a las autoridades de la cárcel y a la Justicia. “El señor (Guillermo) Snaider tiene que responder por todas las muertes. Además el juez de Ejecución (Roberto) Guyot, no responde. Los chicos son maltratados en todas las unidades. Entré hoy (por ayer) y la historia está muy tensa; a los penitenciarios no podés ni mirarlos. Queremos que las autoridades respondan por las muertes. Al chico (Medina) lo entregaron para que lo asesinaran”, dijo.
Se cree que en los días de visita, un transa del penal podía vender hasta $18.000 en drogas
S.C. agregó: “Es constante la tensión. Ahora está ingresando paco al penal, que es un tema muy duro, porque esa basura ya está instalada. Es culpa de los guardias. Los chicos están todo el tiempo exaltados por las sustancias”.
F.T.T. habló sobre las requisas. “Nos revisan de pies a cabeza; decime cómo voy a pasar un kilo de droga si en la requisa me hacen desnudar y me revuelven hasta la comida que le llevo a mi hijo. Los penitenciarios son los que saben cómo pasar volúmenes importantes de droga”, graficó.
E.G.M. explicó que su hijo adicto fue detenido y alojado en el penal. Ella está convencida de que desde ese momento su enfermedad se profundizó. “Ingresó al penal con problemas de adicción. Pedí que lo rehabiliten, pero nadie me escuchó. En la Unidad 1 la situación está muy fea”, aseguró.
“La cárcel es una selva”
El recluso asesinado en Villa Urquiza había denunciado venta de droga en el penal
Para los abogados, la escalada de violencia y muerte que se vive en la cárcel más grande de la provincia, tiene que ver con varios factores que se mezclan y entrecruzan constantemente.
“La cárcel es una selva; es la ley del más fuerte. Y para ellos, la venta de droga a los presos en un negocio muy lucrativo. Una muerte es una propaganda terrible porque los familiares ven esto, temen por la vida de sus parientes detenidos y entonces les llevan dinero”, resumió Juan Hermosa.
Su colega Gerardo Banegas alertó sobre el malestar generalizado de la población carcelaria tras la muerte de un interno y los hechos de violencia que le siguieron. “Hay intranquilidad, sobre todo entre los familiares. El sistema está alterado por la muerte del interno. Hay muchos presos que son adictos crónicos y eso es una enfermedad. Tienen que ser tratados por profesionales. Lo que pasa afuera del penal también pasa adentro; y lo que sucede es que el consumo de drogas es muy grave”, consideró.
Por su parte, la abogada Mónica López también se mostró preocupada por el ambiente de tensión que por estos días se percibe dentro de la cárcel. “El clima no es el mejor. Los abogados que ejercemos el derecho penal sabemos que el problema de las drogas viene desde hace tiempo. Los presos salen peor de lo que ingresan y en este contexto es imposible rehabilitarlos. Llega fin de año y hay demoras por parte del Juzgado de Ejecución en resolver las presentaciones que se hacen en beneficio de los presos. Trabajan mal y generan una sobrepoblación; a eso se suma que en estas fechas los presos están nerviosos y que ponen nerviosas a sus familias”, opinó.