DENPASAR, Indonesia.- Las autoridades de Indonesia elevaron ayer su nivel de alerta por el volcán Monte Agung de Bali a un máximo de cuatro, ordenaron el cierre del aeropuerto de la isla y advirtieron a los residentes que están cerca de la cumbre que evacúen inmediatamente, advirtiendo del riesgo “inminente” de una erupción más grande.
“Columnas de humo van acompañadas a ratos de explosiones y el sonido de detonaciones débiles que pueden escucharse hasta a 12 kilómetros del pico”, dijo la Agencia de Mitigación de Desastres (BNPB) en un comunicado. “El potencial de una erupción mayor es inminente”, agregó la agencia, refiriéndose a la visibilidad del resplandor del magma en la cumbre de Agung durante la noche.
El volcán comenzó a expulsar lava a más de 3.000 metros de altura después de estar lanzando cenizas y lava desde el sábado, dijo Sutopo Nugroho, portavoz de la agencia nacional de Protección Civil. “Las erupciones explosivas ocasionales, acompañadas de llamas, indican que es inminente una erupción mayor”, señaló el vocero.
Imágenes de televisión mostraron flujos de lava fría (lahares) en las laderas de la montaña. Los lahares, que transportan agua de lluvia, barro, rocas grandes y restos de vegetación, pueden destruir casas, puentes y vías a su paso.
Unas 100.000 personas que viven cerca del volcán fueron advertidas de que evacúen de inmediato una zona que rodea a Agung en un radio de ocho a 10 kilómetros.
La última gran erupción del volcán Agung, de unos 3.000 metros de altura, fue entre 1963 y 1964, durante casi un año. Entonces murieron unas 1.200 personas.
Las nubes kilométricas de ceniza paralizaron además el tráfico aéreo en la isla, un conocido destino turístico. El aeropuerto internacional de Bali estuvo cerrado todo el día, lo que afectó a casi 500 vuelos y dejó a unos 60.000 pasajeros en tierra, indicó el gerente del aeropuerto, Yanus Suprayogi.
Bali, famosa por el surf, sus playas y templos, atrajo a casi 5 millones de turistas el año pasado y su aeropuerto sirve como un centro de transporte para las islas del archipiélago. Ahora, el turismo se ha desplomado desde que, en septiembre, se declaró el alerta por la actividad de Agung.
El domingo, las autoridades también cerraron el aeropuerto internacional de la isla cercana de Lombok por las cenizas del volcán.
Algunos ciudadanos que buscaron refugio en lugares más seguros en el distrito de Karangasem tras la erupción del sábado se quejaron de que la ayuda era escasa. Otros, en cambio, aprovecharon para tomarse “selfies” con el lahar de fondo. Y algunos turistas se acercaron al volcán en lugar de alejarse. “Es una experiencia que ocurre una vez en la vida, así que he aprovechado la oportunidad”, contó un turista francés a la cadena Metro.
Indonesia se encuentra en el denominado Cinturón de Fuego, una zona conocida por los temblores y las erupciones volcánicas. El Centro de Mitigación de Desastres dijo que las predicciones eran difíciles ante la ausencia de registros instrumentales desde la última erupción, hace 54 años. (DPA-Reuters)