Atlético no merecía más que llevarse un cero de su visita a Estudiantes, pero al final se fue de Quilmes con las manos vacías. Por deméritos propios y la esquiva fortuna, perdió 1-0 y arrancó su raid inmediatamente previo a la final de la Copa Argentina con una mueca de preocupación.
Pese a lo descolorido de su actuación, Atlético contó con dos chances clarísimas de gol, ambas en la primera etapa. Una la desperdició de manera increíble el errático Fabio Álvarez, cuando definió de zurda y con cierta displicencia después que Mariano Andújar se equivocara clamorosamente en una salida. La otra, en tiempo añadido, cuando el propio Álvarez cambió de frente para la llegada en soledad de Guillermo Acosta: con tiempo de sobra y a metros del arco, la tiró alta.
El trámite, sin embargo, en esa etapa inicial, había favorecido levemente a un tibio Estudiantes, que tuvo dominio territorial y de posesión, pero terminó chocando con su propia inoperancia. ¿Su mejor argumento? La profundidad del juvenil Carlo Lattanzio.
Tras el intervalo, el “Decano” se paró unos metros más arriba y pareció que intentaría reescribir el guión de la película proyectada hasta entonces. Solo fue una ilusión. Atlético, durante todo el partido, se quedó en promesas en cuanto a su potencial a la hora de generar juego. En la calurosa tarde quilmeña, ese engranaje de volantes ofensivos que presentó Zielinski -David Barbona, Álvarez y Gervasio Núñez- dentro de un esquema 4-2-3-1, nunca logró conformar un circuito aceitado y Luis Rodríguez estuvo aislado.
El “Ruso” intentó algo diferente en el complemento, con el ingreso de Ismael Blanco por Núñez, quien había sufrido un corte en la cabeza. Después, apostó por Nicolás Romat. Pero nada.
En tanto, el equipo de Lucas Bernardi tuvo el mérito de ir a buscar los tres puntos con decisión, con sus limitaciones a cuestas. En la más clara, Mariano Pavone giró en el área y estrelló su remate en un palo.
El partido se moría cuando el sustituto Juan Bautista Cejas enganchó y pateó desde fuera del área. El balón pegó en Rafael García y descolocó a Sánchez, quien no logró evitar que por su primer palo se esfumara un empate que parecía consumado.
El “Pincha” fue un poquito más. Este Atlético parece algo “pinchado” desde lo físico y también desde las ideas. Llegando a fin de año con el tanque casi vacío, no ve la hora de que el calendario marque el 9 de diciembre y salga a jugar en Mendoza frente a River.