A principios de la semana que se fue, entre la AFA y Santa Mónica (la empresa que maneja la Copa Argentina) confirmaron que la sede de la semifinal de Copa Argentina entre Atlético y Rosario Central sería el estadio municipal de Formosa. No sólo los intentos de ambas directivas por llevar el partido a Córdoba habían fracasado, sino que debían empezar a planear lo que será un riesgoso operativo de seguridad para evitar que ambas hinchadas tengan un encontronazo en la ruta.
Más precisamente en la 11 (casualmente nace en Rosario), que une las ciudades de Resistencia, Chaco y la capital de Formosa. El tramo de 173 kilómetros es la arteria de principal acceso a Formosa y obligará a ambas hinchadas a pasar por el mismo lugar.
La ciudad de Córdoba ofrece, en cambio, la posibilidad de hacerlo por diferentes rutas para rosarinos y tucumanos. Sin embargo, la decisión está tomada. En realidad lo estuvo desde un primer momento. “Acabo de hablar con los dirigentes de Central. Se juega en Formosa el 10”, avisó Hugo Bermúdez, menos de 30 minutos después de que Atlético venciera a Vélez, en Santa Fe, por los cuartos de final.
En los días siguientes, ambas directivas trataron de cambiar el rumbo, pero no hubo caso. Incluso la dirigencia “decana” fue más allá: a través de un comunicado, manifestó su desacuerdo oficial con la decisión de la organización. Con la medida ya tomada, no buscaban cambiarla sino más bien dejar sentada su posición, quizás en caso de que sucedan incidentes. Ahora en Rosario (y obviamente en Tucumán) trabajan para evitar cualquier tipo de incidentes y esperan la ayuda de la organización. “Nosotros nos vamos a reunir el lunes (por mañana) o martes para definir todo el tema de seguridad. Estamos esperando que la Copa Argentina nos de un cronograma”, adelantó Ricardo Carloni, vicepresidente de Central.
Ese cronograma podría incluir horarios distintos de circulación para que las parcialidades de ambos clubes no se crucen en el camino. Otra de las posibilidades es que los vehículos con hinchas de Atlético desvíen su recorrido por la ruta 95 en Sáenz Peña, Chaco, hasta la 81 e ingresen por ese camino, dejando la 11 para los simpatizantes de Central y así evitar el cruce.
La última vez que las hinchadas de ambos equipos estuvieron juntas fue en 2013. No terminó nada bien y eso que no había un posible boleto a la fase de grupos de la Copa Libertadores en juego. Fue en 25 de Mayo y Chile y el partido estuvo detenido cerca de media hora por los incidentes generados en la tribuna visitante. Más allá de que el problema fue con la Policía, los hinchas locales que estaban cerca también se cruzaron con sus pares “canallas”. La imagen de uno de los jefes de la barra brava de Central, “Pillín” Bracamonte con la cara herida por balas de goma, perduran en el recuerdo.
Ahora en total, Atlético y Central recibirán 3.500 entradas populares cada uno, aunque podrían ser un poco más, teniendo en cuenta que se trata de un estadio con capacidad para 23.000 espectadores. Igualmente, a eso habrá que sumarles las plateas.
La venta de las entradas
“Estamos esperando ese protocolo pero entre lunes y martes tendremos todo listo”, insistió Carloni. Bermúdez, por su parte, confirmó que justamente los tickets para los hinchas de Atlético se venderán en Tucumán y Formosa. Se las conseguirá el jueves, de 9 a 18, en el estadio y en Formosa, en el estadio donde se jugará el partido y durante toda la semana (de 9 a 13 y de 17 a 21). Central, que viajará el jueves a la ciudad de la sede en charter al igual que Atlético, tendrá un cronograma similar en Rosario y en la sede del cotejo.