Ni para un quincho, ni para terminar de arreglar la casa ni para pagar deudas. Esta vez, el pozo acumulado de los Números de Oro de LA GACETA irá a dos causas: una parte de los $ 300.000 será donada a tres instituciones benéficas y, la otra, se usará para financiar una investigación histórica sobre la infancia y la adolescencia del general San Martín, que transcurrió esencialmente en España.
“Participo desde hace muchos años, principalmente como un entretenimiento. Es la primera vez que gano, fue una gran sorpresa. Y si bien no me sobra nada, creo que lo más justo es donar parte del premio a gente que lo necesita más que yo”, confesó Isabel Graciela Rodríguez, profesora de Historia jubilada.
Ya eligió cuáles serán las tres instituciones destinatarias de la donación: el comedor infantil Don Bosco, el Hogar San José y el Hogar San Roque. “Con mi familia lo hicimos siempre que pudimos, es algo normal para nosotros y en este caso nos parece que es lo mejor que podemos hacer, a todas esas personas les viene siempre bien una mano”, ponderó la ganadora.
Investigadora y patriota
Y si aquella pareciera una acción quijotesca, la otra causa también lo es. Desde hace varios años la profesora Rodríguez viene investigando de manera independiente y ad-honorem, según informa, los primeros años de José de San Martín, cuando comenzó su carrera militar en el Regimiento de Murcia, España. El futuro libertador de América no tenía más de 12 años cuando ingresó como cadete.
“A partir de ese dato, comencé en mis viajes por España a recabar más información, que es escasa y nada sistemática. Para colmo, el Regimiento de Murcia era itinerante, por lo que es necesario buscar sus rastros por todo el país. Eso me llevó a Málaga y a Cádiz, por ejemplo, donde pude ir encontrando algunas cosas. Con este dinero podría reflotar esa investigación, lo invertiría encantada en eso. Son datos inéditos que ayudarán a reconstruir la vida de San Martín, más allá de los hitos históricos que todos conocemos”, señaló la docente. Antes que con cualquier título, ella se siente cómoda con uno: “me considero, antes que nada, una patriota”.