Son dos recuerdos tan diferentes en la memoria de los hinchas y los jugadores de Atlético que quizás deberían estar más separados en el tiempo. Uno fue en 2008 y el otro en 2012, y aunque coincida con los juegos de Pekín y Londres, una olimpíada en el medio no es suficiente para distinguir las sensaciones de un momento y otro.
Cinco años después, esos escenarios deben volver a evocarse: Atlético vuelve a jugar cuartos de final de una Copa Argentina y en cancha de Unión, de Santa Fe. El rival será Vélez, que mucho no tiene que hacer en este repaso de la última década, pero será testigo de como el “Decano” revive estos momentos.
El primer recuerdo hace referencia a la cancha de Unión, el estadio 15 de abril, bautizado en honor a la fecha de fundación del “Tatengue”. Allí mismo donde hoy Atlético jugará su pase a semifinales, en 2008 vivió una de los partidos bisagra para el fantástico siglo XXI que atraviesa. A simple vista es solo un partido de la fecha 13 de la temporada 2008/09 de la B Nacional, pero terminó significando mucho más que eso.
“Veníamos de perder con la CAI y el ‘Chulo’ estaba en la cuerda floja. Llegábamos muy mal y encima teníamos dos partidos de visitante seguidos”, recuerda Luis Rodríguez, protagonista principal de aquel partido.
Los hinchas habían despedido con todo tipo de insultos al equipo tras aquella derrota previa ante Comisión de Actividades Infantiles pero esa despedida parecía ser definitiva para su entrenador, Héctor Rivoira, como mencionaba el “Pulguita” quien hoy será titular.
Pero ese 2 de noviembre de 2008 comenzó a gestarse el equipo que luego fue campeón de ese torneo y ascendió a Primera. Todo gracias a tres goles que el simoqueño convertiría en 10 minutos: del 51 al 61 de partido.
“Fue uno de los mejores partidos de mi carrera por los goles y el momento en el que estábamos”, sostiene “Pulguita”. “Ese fue el punto de quiebre para el ascenso. Después de eso empezamos a ganar hasta llegar a Primera”, agregó.
De los 25 partidos que le restaban a la temporada, luego de ese 3-2 final (Unión descontaría luego) el equipo de Rivoira ganó 17, incluidos ocho al hilo, todo un récord para la categoría.
La otra mitad de los recuerdos que trae aparejado este cruce con Vélez duele y está presente en dosis similares para el mundo Atlético. Tiene que ver con la instancia que enfrenta el equipo. Se trata de un partido de cuartos de final, del que saldrá el cuarto y último semifinalista de la competencia, algo por lo que el equipo ya pasó.
En mayo de 2012, el conjunto que en ese momento dirigía Juan Manuel Llop enfrentaba a Racing en el estadio Bicentenario de Catamarca. Luego de hacer figura a Sebastián Saja, arquero de la “Academia”, el partido se encaminaba a los penales. Sin embargo, tras un tiro libre de Giovanni Moreno, Deivis Barone metió la pelota en su propio arco cuando faltaban menos de cinco minutos para el final del partido.
Las casi 15.000 personas que habían viajado desde Tucumán a Catamarca no podían creerlo. “Las reglas de juego son así, me hago cargo y responsable de la situación”, declaró el uruguayo.
La herida costó en cicatrizar pero Barone se reivindicó anotando 12 goles con la camiseta de Atlético y convirtiéndose en uno de los defensores más goleadores de la historia del club. Aún así, un triunfo hoy ayudaría a olvidarse de eso y a reforzar el recuerdo del “Pulguita”.