Un equipo es más que la suma de sus miembros. Un equipo posee una identidad propia, un sentido de pertenencia, valores y una cultura que los identifica y diferencia de los demás. La principal crítica en la actualidad a la Selección es que no funciona como equipo, pero desde la psicología deportiva, podemos hablar de un equipo disfuncional, es decir, que no funciona de la manera que se espera. Las expectativas del argentino frente a los rendimientos individuales de los jugadores que juegan en el exterior, la presión por ganar, el exitismo reinante de la sociedad en la que vivimos, y fundamentalmente, las finales pasadas que terminaron en derrota, posiblemente sean las causales de un sentimiento de frustración en la Selección. Y este sentimiento es difícil de sobrellevar si no se elabora adecuadamente, sobre todo cuando se generaliza en varios referentes de un equipo. Es por ello que la tolerancia a la frustración es una de las principales habilidades que se debe trabajar con los miembros de un equipo y el equipo como tal. La aceptación y la superación de las derrotas es un punto fundamental para no repetir la misma historia y quedar entrampado en el pasado. El miedo al fracaso, al error, y a la crítica constante, sumado a la presión actual por clasificar, y la frustración ocasionada por la no elaboración adecuada de situaciones pasadas, generan una catarata emocional en el seleccionado del país que influye en el funcionamiento del equipo. Sin embargo, si bien se habla mucho de la influencia mental en el rendimiento, cuando hay que actuar, la psicología deportiva sigue relegada.
El desafío de trabajar; el miedo al error y a la crítica constante
María Patricia PIcón
Licenciada en Psicología del Deporte
María Patricia Picón - Licenciada en Psicología del Deporte